El Día Internacional de las Obreras (V. I. Lenin)


Escrito: En 1921.Primera publicación: El 8 de marzo de 1921 en el suplemento al num. 51 de Pravda, con la firma: N. Lenin.Digitalizado para el MIA: Por Gabriel Ravano, octubre de 2001.

Lo principal y fundamental del bolchevismo y de la Revolución de Octubre en Rusia consiste precisamente en la incorporación a la política de los que sufrían mayor opresión bajo cl capitalismo. Los capitalistas los opri­mían, los engañaban y los saqueaban con monarquía y con repúblicas democráticas burguesas. Esta opresión, este engaño, este saqueo del trabajo del pueblo por los capi­talistas eran inevitables mientras existía la propiedad pri­vada sobre la tierra y las fábricas.
La esencia dcl bolchevismo, la esencia del Poder soviético radica en concentrar la plenitud del poder estatal en manos de las masas trabajadoras y explotadas, desen­mascarando la mentira y la hipocresía de la democracia burguesa y aboliendo la propiedad privada sobre la tierra y las fábricas. Estas masas toman a su cargo la política, es decir, la tarea de edificar una nueva sociedad. La obra es difícil; las mas de haber vivido bajo el capitalismo, pero no hay ni puede haber otra salida de la esclavitud capitalista.
Y no es posible incorporar las incorporar a las mujeres. Porque, bajo el capitalismo, la mitad femenina dcl género humano esta doblemente oprimida. La obrera y la campesina son oprimidas por el capital, y además, incluso en las republicas burguesas más democráticas no tienen plenitud de derechos, ya que la ley les niega la igualdad con el hombre. Esto, en primer lugar, y en segundo lugar -lo que es más importante-, permanecen en la "esclavitud casera", son "esclavas del hogar", viven agobiadas por la labor más mezquina, más ingrata, más dura y más embrutecedora: la de la Cocina y, en general, la de la economía doméstica familiar in­dividual.
La revolución bolchevique, soviética, corta las raíces de la opresión y de la desigualdad de la mujer tan pro­fundamente como no osó cortarlas jamás un solo partido ni una sola revolución en el mundo. En nuestro país, en la Rusia Soviética, no han quedado ni rastros de la desi­gualdad de la mujer y el hombre ante la ley. Una desi­gualdad sobremanera repulsiva, vil e hipócrita en el dere­cho matrimonial y familiar, la desigualdad en lo referen­te al niño, ha sido eliminada totalmente por el Poder soviético.
Esto constituye tan sólo el primer paso hacia la eman­cipación de la mujer. Pero ninguna república burguesa, aun la más democrática, se atrevió jamás a dar ni siquiera este primer paso. No se atrevió por temor ante la sacrosanta propiedad privada".
El segundo paso, el principal, ha sido la abolición de la propiedad privada sobre la tierra y las fábricas. Así, y únicamente así, se abre el camino para la emancipación completa y efectiva de la mujer, para su liberación de la "esclavitud casera", mediante el paso de la pequeña economía doméstica individual a la grande y socializada.
El tránsito es difícil, pues se trata de transformar las normas" más arraigadas, rutinarias, rudas y osificadas (a decir verdad, son bochorno y salvajismo, y no "nor­mas"). Pero el tránsito ha comenzado, se ha puesto inicio a la obra, hemos entrado en el nuevo camino.
Y en el día internacional de las obreras, en innume­rables reuniones de trabajadoras de todos los países del mundo resonarán saludos a la Rusia Soviética, que ha emprendido una obra difícil y pesada hasta lo inaudito, pero grande, de trascendencia universal, verdaderamente liberadora. Resonarán llamamientos optimistas, exhortan­do a no desfallecer ante la reacción burguesa, brutal y a menudo feroz. Cuanto más "libre" o "democrático" es un país burgués, tanto más brutalidades y ferocidades come­te la banda capitalista contra la revolución de los obreros; la República democrática de los Estados Unidos de Norteamérica es, a este respecto, un ejemplo ilustrativo. Pero el obrero ha despertado ya en masa. La guerra imperialista ha despertado definitivamente a las masas dur­mientes, soñolientas y rutinarias tanto en América como en Europa y en la atrasada Asia.
Se ha roto el hielo en todos los confines del mundo. La liberación de los pueblos del yugo del imperialis­mo, la liberación de los obreros y de las obreras del yugo del capital avanza inconteniblemente. La han impulsado decenas y cientos de millones de obreros y obreras, de campesinos y campesinas. Y por eso la causa de la eman­cipación del trabajo del yugo del capital triunfará en el mundo entero.
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¡Que la crisis la paguen los capitalistas! Todo el apoyo a las mujeres trabajadoras y pobres de Haití!

En 1910, la Conferencia de Mujeres Socialistas, realizada en Copenhague, aceptó la propuesta de Clara Zetkin, dirigente de la II Internacional, de declarar al 8 de marzo Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Ese día, de 1857, habían muerto quemadas 129 obreras de la textil Cotton de Nueva York, en un incendio provocado por la patronal como respuesta a los reclamos de sus trabajadoras.
Así nació el 8 de marzo, como día de lucha de la mujer trabajadora y de homenaje a nuestras mártires. Pero a lo largo de los años fue siendo desfigurado por la burguesía, las instituciones del imperialismo y el reformismo, que le fueron quitando su carácter de clase, convirtiéndolo en un día dedicado a celebrar la “hermandad de las mujeres”. Así cada 8 de marzo, desde la ONU, gobiernos, medios de comunicación y las grandes empresas, se hacen hipócritas homenajes a la mujer y se nos quiere hacer creer que la opresión es cosa del pasado, porque hoy las mujeres son Ministras, Secretarias de Estado, Juezas, Presidentas.
Eso es falso. Es cierto que existen las Hilary Clinton, las Cristina Kirchner, las Bachelet, las Laura Chinchilla… Pero esas mujeres no tienen nada que ver con nosotras. Son nuestras enemigas de clase. Los gobiernos que ellas encabezan no se diferencian de los dirigidos por hombres. Todos ellos garantizan que, igual que hace 100 años, los capitalistas utilicen la opresión de la mujer para mejor explotar al conjunto de la clase obrera.
La verdadera situación de la mujer trabajadora y pobre, la dan las cifras de la propias instituciones imperialistas (ONU, OIT, UNICEF, Banco Mundial).
Las mujeres somos el 70% de los 1.300 millones de pobres absolutos del mundo. Esto es así a pesar que, según datos de la ONU, el trabajo de la mujer tiene un papel de primer orden ya que entre el 50 y el 80 % de la producción y comercialización de alimentos está en nuestras manos.
A nivel laboral, se estima que el trabajo no remunerado de la mujer en el hogar representa un tercio de la producción económica mundial (ONU). De las mujeres en edad de trabajar, tan sólo lo hace (fuera del hogar) un 54% frente al 80% de los hombres (OIT). Las mujeres desempeñan la mayor parte de los trabajos mal pagados y menos protegidos (OIT). Las mujeres ganan entre un 20 y un 30% menos que los hombres (OIT). Ha aumentado notablemente el número de mujeres que emigran a diferentes países de Europa y a EE.UU, tanto legal como ilegalmente, en busca de empleo. Estas mujeres inmigrantes, son las que más sufren la sobreexplotación y todo tipo de abusos.
A nivel de la educación, 2/3 de los 876 millones de analfabetos del mundo son mujeres. Al cumplir los 18 años las chicas tienen una media de 4,4 años menos de educación que los varones de su misma edad. De los 121 millones de niños/as no escolarizados en el mundo, 65 millones son niñas. (ONU, Unicef)
A nivel de la salud, cada año mueren en el mundo más de medio millón de mujeres como consecuencia del embarazo y el parto, lo que está directamente relacionado al nivel de pobreza. En los países coloniales y semicoloniales (los antiguamente llamados Países del Tercer Mundo y ahora conocidos como Países en Vías de Desarrollo) la tasa de mortalidad materna es de uno cada 48 partos. En países europeos, como España, mueren 3,9 mujeres por cada 100.000. En España el 98 % de las mujeres recibe asistencia durante el embarazo y el parto. En los países coloniales y semicoloniales, no reciben atención prenatal el 35 % de las mujeres; casi el 50 % da a luz sin asistencia especializada. Las últimas estadísticas indican que hay más mujeres que hombres infectadas de sida.
Las peores condiciones de vida empujarán cada vez más a mujeres trabajadoras y pobres a los abortos clandestinos o a los brutales métodos de los abortos caseros. Mujeres trabajadoras y pobres seguirán muriendo, mientras las clínicas clandestinas, ganan fortunas gracias a la legislación represiva que impide que el aborto se realice en los hospitales en forma gratuita y en las mejores condiciones médicas. Gran cantidad de jóvenes seguirán condenadas a traer al mundo hijos no deseados, que más tarde son abandonados o maltratados, destruyendo sus vidas y las de sus madres. De de todo esto es especialmente culpable la Iglesia católica y su hipócrita política de “defender la vida”. Son igualmente responsables los gobiernos y parlamentarios, que destruyen las condiciones de vida de la mujer trabajadora y después, capitulando a las presiones de la Iglesia y a los intereses de dueños de las clínicas clandestinas, se niegan a la despenalización del aborto.
Y esta deplorable situación llega a su máxima expresión cuando vemos los datos sobre la violencia contra la mujer. Cada año, al menos 2 millones de niñas entre 5 y 10 años son vendidas y compradas en el mundo como esclavas sexuales. Cada dos horas, una mujer es apuñalada, apedreada, estrangulada o quemada viva para “salvar” el honor de la familia. Durante los conflictos armados el ataque a los derechos humanos de la mujer (asesinato, violación, esclavitud sexual y embarazo forzado) se utiliza como arma de guerra. En el mundo, 135 millones de niñas y mujeres han sufrido mutilación genital. La cifra se incrementa en dos millones cada año. Según datos del Banco Mundial, al menos el 20 por ciento de las mujeres del mundo han sufrido malos tratos físicos o agresiones sexuales.
La crisis capitalista mundial potencia las penurias de las mujeres trabajadoras y pobres.
Como muestra están los 2 millones, según datos oficiales, de mujeres en paro en España. Número que se incrementa mucho en las mujeres de la “economía sumergida” (que no parece en las estadísticas) en su mayoría inmigrantes. A esto se suma la “reforma” en marcha “para enfrentar la crisis”, con su aumento de la edad jubilatoria, reducción del gasto público y contratos a tiempo parcial que condenan a miles de mujeres a la precariedad. Contra ataques similares salieron a la Huelga General las trabajadoras y trabajadores griegos. Y el ataque a la educación pública en EE.UU, está provocando la reacción de trabajadoras y estudiantes de la Universidad de California.
Por otra parte, en los países coloniales y semicoloniales, las mujeres trabajadoras y pobres, deben sufrir, además, la ofensiva colonizadora de los países imperialistas, que se intensifica como producto de la crisis mundial. Esta ofensiva se expresa en el saqueo de los recursos naturales, en la pérdida de la fertilidad de la tierra por el avance de los sojeros, en la destrucción de la salud y la educación públicas, en la pérdida de soberanía de sus países.
Así vemos en todo el continente latinoamericano, cuando se está llegando al bicentenario de las heroicas guerras de la independencia, como las madres de familia de la clase obrera se ven obligadas a luchar, junto a trabajadoras/es del sector, en defensa de la salud y la educación públicas. Como trabajadoras/es enfrentan la criminalización de sus luchas y la represión, en algunos casos ordenada por la embajada yanqui, como la que sufrieron trabajadoras de la alimentación en Argentina. Como las mujeres indígenas, en Perú, en Ecuador, junto a sus comunidades, deben enfrentar la voracidad imperialista para defender el agua y su medio ambiente. Como en México, Centroamérica y el Caribe, las mujeres son la mano de obra central de las Maquilas, asociadas a precariedad, abusos, acoso y violencia sexual, falta de libertad sindical, salarios de hambre, largas y agotadoras jornadas de trabajo y también a la muerte como en Ciudad Juárez.
Haití, máximo ejemplo de la ofensiva colonizadora
Así como el Haití ocupado por las tropas de la Minustah y ahora también por las de EE.UU es el máximo ejemplo de la ofensiva colonizadora, la mujer trabajadora y pobre de ese país, es el ejemplo de sufrimiento y lucha que queremos rescatar en este 8 de marzo.
En creole, la lengua haitiana, se usa la frase “poto mitan” (pilar central) para referirse a las mujeres. En Haití, muchas mujeres son cabeza de familia, responsables de mantener la economía familiar, cuando los hombres están desempleados o deben emigran en procura de trabajo.
Según una encuesta, realizada por la ONG haitiana Kay Fanm, entre mujeres y niñas haitianas poco antes del terremoto, un 72% habían sido violadas y más del 40% eran víctimas de la violencia.
La mujer haitiana viene luchando por la libertad desde antes de la revolución que en 1804 conquistó la independencia. A más de dos siglos de la heroica revolución de los esclavos, continúa luchando por sus derechos y por la vida, trabajando en la industria agrícola, en las maquilas y formando la base del comercio y los mercados locales. Y hoy enfrentan la nueva ocupación por parte de 15 mil soldados yanquis, la corrupción que desvía la ayuda humanitaria y el tráfico de niños con el que los capitalistas pretenden lucrar aprovechando la tragedia provocada por el terremoto.
Esta es la situación que la mujer trabajadora haitiana debe enfrentar: falta de alimentos, de agua, de vivienda, el robo de sus hijos y el acoso de las tropas de ocupación. Por eso, en el centenario del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, llamamos a las trabajadoras y trabajadores del mundo, a ayudar a nuestros hermanos de clase haitianos y a enviar a esa ayuda a las organizaciones obreras, para que verdaderamente llegue a quienes más la necesitan.
¡Todo el apoyo a la mujer trabajadora y pobre de Haití!
¡Fuera las tropas de ocupación!
¡Que la crisis la paguen los capitalistas y no los hombres y mujeres trabajadores!
¡No a la precarización del trabajo! ¡Por trabajo y salarios dignos e iguales para hombres y mujeres!
¡Basta de violencia contra la mujer! ¡Casas de abrigo para las mujeres golpeadas en todos los barrios! ¡No a la trata de personas!
¡La mujer no es una esclava: lavanderías, comedores y guarderías públicas y de calidad!
¡Programa de salud para la mujer: amplio acceso a educación sexual y contraceptivos! ¡Aborto legal, seguro y gratuito!
¡Contra todas las formas de discriminación por raza, etnia, sexo, orientación sexual y edad!
El cuerpo de la mujer no es una mercancía. ¡Contra toda la publicidad que vende a la mujer como si fuera un producto de consumo!
¡Amplia campaña de sindicalización de mujeres! ¡Combate a toda forma de machismo en los sindicatos y organismos de la clase!
Para la mujer trabajadora no hay salida dentro del capitalismo. No hay liberación de la mujer sin el triunfo de la revolución socialista y no habrá revolución socialista sin la incorporación a la lucha de la mujer trabajadora. Llamamos a todas las mujeres trabajadoras y pobres de la ciudad y del campo, a luchar, junto a nuestra clase, por nuestra liberación y por la sociedad en la que hombres y mujeres podamos vivir libres y felices, sin ningún tipo de opresión, explotación y desigualdad, la sociedad socialista.

Liga Internacional de los Trabajadores- Cuarta Internacional (LIT-CI)
Secretaría Internacional de la Mujer
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Chile: El Gobierno es incapaz de responder ante la catástrofe que nos afecta.

El 27 de febrero de madrugada gran parte de nuestro país fue azotado por un terremoto, desde Coquimbo por el norte y hasta Valdivia por el sur sintieron el sismo; en la zona central del país –Santiago a Concepción- tuvo características de terremoto; pero como siempre los más golpeados fueron las familias de los trabajadores y el pueblo
De inmediato el Gobierno salió con declaraciones confusas y erróneas, planteando que el terremoto no había tenido una gran magnitud y peor aún que no había peligro de tsunami en las costas de nuestro país, la realidad se encargó de decir todo lo contrario… hubo tsunami y poblados enteros de la costa de las regiones del Libertador Bernardo O”Higgins, del Maule y del Bio-Bio desaparecieron.
Nuevamente quedo en evidencia la existencia de los dos Chile, el de los ricos y poderosos que nada sufrieron y el de los explotados y pobres que fueron devastados por el terremoto. Peor aún, ha quedado de manifiesto que las políticas económicas neoliberales son un fracaso. Los poblados en donde no es rentable la inversión en salud y educación, las construcciones de antigua data colapsaron. Pero no solo ahí ha quedado de manifiesto la ineficacia de la “ley del mercado”, en las grandes urbes en donde ya no hay fiscalización sobre las construcciones (ley aprobada en los Gobiernos de la Concertación), éstas se han venido abajo o están en tal mal estado que habrá que abandonarlas para posteriormente demolerlas, viendo sus moradores esfumarse el sueño de la casa propia. Este terremoto también ha demolido el modelo neoliberal, pues ha dejado en evidencia que las zonas más afectadas por la crisis económica y con los mayores índices de cesantía del país, nos muestran los mayores niveles de desesperación de sus habitantes por obtener los elementos básicos para poder vivir, como lo son el agua y los alimentos; esto ha ocurrido en Lota, Coronel, Talcahuano y Concepción.
Son centenares los muertos y es muy posible que las cifras se eleven sobre el millar de personas, sin contar con los desaparecidos; cuando Bachelet hablaba de una irrisoria cifra de cerca de 60 muertos. Si aquí comenzó la ineficiencia del Gobierno Bachelet, en una simple entrega de datos, la verdad es que esta ineficiencia se ha ido agudizando con el correr de las horas. La ayuda del gobierno central ha sido tardía y hemos tenido que sufrir no solo el terremoto sino que además la falta de elementos básicos para la subsistencia como son el agua, los alimentos, la electricidad, entre otros; peor aún las comunicaciones se han mantenido colapsados desde el día del terremoto.
La respuesta del pueblo trabajador
Ante la lentitud mostrada por el Gobierno para enfrentar esta catástrofe, el pueblo pobre ha reaccionado en las ciudades más afectadas, con el autoabastecimiento y se han organizado para ir en busca de alimentos y de los elementos básicos para sobrevivir a las grandes multitiendas y a los supermercados, a esto la autoridad y los medios de comunicación de la burguesía le han llamado “saqueo”; nosotros justificamos plenamente estos “saqueos”, pues ante la carencia de alimentos lo mínimo es la sobrevivencia; de lo que no participamos es del aprovechamiento que hace el lumpen para robar, y que solo provoca, que la autoridad justifique con estas acciones la represión y la militarización de las zonas afectadas. Mientras hoy los medios de comunicación condenan el “saqueo”, estos nada han callado sus bocas durante años y nunca han denunciado el saqueo del que hemos sido víctimas todos los chilenos por las empresas transnacionales y los patrones de este país como el futuro Presidente Piñera. Estos han saqueado nuestros recursos a vista y paciencia de los Gobiernos de la Concertación y con su total beneplácito. El Gobierno y la Derecha (próxima a ser Gobierno) han manifestado que la solución a los problemas es la represión, el toque de queda y la limitación a las libertades individuales básicas, y han decididito mediante la legalidad de la Constitución de Pinochet decretar toque de queda en las zonas afectadas y militarizar la zona. Nosotros nos oponemos tajantemente a esta situación, pues entendemos que no es la solución a los problemas acarreados por la catástrofe, la solución es ayuda inmediata ya!! Que hacer en lo inmediato.
Concordamos con los compañeros del Sindicato SITECO en el llamado: “… a todas las organizaciones sindicales y sociales a mancomunar esfuerzos para recolectar alimentos, frazadas, pañales, todo tipo de vestuario y otros productos para ayudar a nuestros hermanos de clase que hoy sufren, así como también conformar brigadas obreras para contribuir a la reconstrucción de nuestra Patria, como ha sido la tarea y deber históricos de nuestra hermosa clase obrera…” Pero agregamos que debe ser la CUT quien se ponga a la cabeza de esta tarea, solo la clase trabajadora será capaz de ayudar a la clase trabajadora, deben ser los trabajadores dirigidos por organismos de clase como la CGT y el SITECO quienes lideren esta ayuda y exigirle a la CUT que levante esta bandera de solidaridad y lucha; no nos cabe duda que dentro de la CUT aún quedan dirigentes honestos y luchadores que sabrán estar a la altura de las circunstancias. Debemos levantar una corriente clasista que demuestre que en la acción podemos organizarnos y salir en ayuda de los que todo lo han perdido. Deben ser estos organismos los que se encarguen de la distribución de los productos de primera necesidad y de la organización de los comités de autodefensa de los pobladores.
Mirando hacia el futuro.
Concordamos con los compañeros de Revolución Proletaria, cuando dicen : “…GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES, PLANIFICACION SOCIALISTA Y DEMOCRATICA…”, pues tenemos claridad que solo el Socialismo podrá evitar que estos eventos naturales nos golpeen con tanta fuerza. Es cierto que no podemos evitar estos cataclismos, pero también es cierto que con una economía al servicio de los trabajadores y no del mercado, podríamos evitarnos un importante cantidad de muertos; solo un ciego no podría ver que aquellos que todo lo tienen nada sufrieron; mientras que los que todo lo producen, la clase trabajadora, pero que nada tienen han sido los más afectados. Aquí también se hace carne la contradicción “Socialismo o Barbarie”; pues ha quedado de manifiesto que mientras los de arriba, los poderosos, hoy duermen en sus casas sin problemas y sin ninguna restricción; los de abajo deben soportar un toque de queda, la falta de alimentos y de servicios básicos.
Plan de emergencia ya!!Alimentos y enseres básicos para toda la población afectada!!No al toque de queda, fin a las restricciones de las libertades individuales!!Que la CUT encabece la solidaridad!!Por una corriente clasista que lidere la ayuda a los afectados a través de los sindicatos!!Nacionalización de todos los grandes supermercados, bajo control de los trabajadoresPlan de reconstrucción: viviendas, carreteras, hospitales, escuelas y financiadas por el estado y bajo control de los trabajadoresPor la Renacionalización del Cobre para financiar todos los programas de construcciónCondonación de todas las deudas habitacionalesTrabajo y salario digno para todos los cesantes de $ 350.000
Fuerza Revolucionaria-Izquierda Comunista
Partido Revolucionario de los TrabajadoresLiga Internacional de los Trabajadores- Cuarta Internacional
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Terremoto: Declaración del PRT de Chile

¡Con organización y solidaridad de clase! Se levanta nuestra clase
La madrugada del sábado, con el terremoto más violento que haya sufrido el territorio de Chile seguido de maremotos en la zona centro sur del país, ha quedado al descubierto que “la joyita” de país estable, administrado por la Concertación no era tal, pues al momento de necesidad vemos como además de las viviendas precarias que quedaron en el suelo con miles de trabajadores y sus familias literalmente en la calle, en estas regiones también se vinieron al piso los hospitales, las cárceles y por supuesto los caminos, esto porque obviamente casi treinta años de modelo neoliberal han servido solo a los poderosos que se han llenado los bolsillos de dinero construyendo caminos inservibles y evitando invertir en reparación de obras públicas al servicio de los pobres, por lo que casi medio país quedó sin agua y a oscuras.
Seis son las regiones que fueron atrozmente golpeadas por lo que han sido declaras “Zona de catástrofe”, cientos de fallecidos, muchos desaparecidos, heridos, viviendas arrastradas por el mar o destruidas por el terremoto y miles y miles de familias sin comida ni agua abandonadas a su suerte.
A casi sesenta horas del desastre, el gobierno saliente de Michelel Bachelet y el entrante de Sebastián Piñera han demostrado con creces que poco les importa la suerte de los más pobres y que su gran preocupación pasa sin duda por garantizar la propiedad privada de los grandes grupos económicos acordando nada menos que implantar Estado de Excepción” entregando al ejército la responsabilidad de resguardar el orden público, el que está siendo “amenazado” por los miles de hombre y mujeres que buscan desesperados, agua y alimentos básicos para darle a sus familias.

Claro está que los trabajadores y el pueblo chileno tenemos vasta experiencia con los milicos es por eso que debemos repudiar con energía la imposición del estado de excepción y debemos instar a la organización de los necesitados de manera que los alimentos y el agua sean ordenadamente repartidos.

Los trabajadores y el pueblo no debemos confiar en ningún plan del gobierno, nosotros somos capaces de resolver nuestros problemas, somos capaces de ordenar la repartición de los alimentos que consigamos, no nos dejemos atemorizar por la prensa que está absolutamente dirigida y responde también a los grandes grupos económicos, no permitamos que nos dividan.

Debemos saber que los grandes grupos económicos temen mas al pueblo organizado que a los terremotos, es por eso que ante la política de la Concertación y la derecha debemos organizarnos de forma independiente, ya que solo los trabajadores con nuestras organizaciones sabremos dar respuesta en estos momentos, ellos se apoyan en los milicos, nosotros debemos apoyarnos en nuestras organizaciones de clase.

Desde el PRT hacemos un llamado a informarse a través de nuestra web www.prtchile.org de las campañas que están realizando las organizaciones, sindicales, sociales y políticas y a enviar solidaridad, saludos, cartas y declaraciones a través de nuestra página.

Fuente:http://www.litci.org
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