La Revolución árabe en peligro

Un poderoso proceso de movilización sacude a Egipto. La economía está paralizada, y las Fuerzas Armadas, centro de sustentación del régimen de Mubarak, no tienen condiciones políticas de reprimir a los manifestantes de forma generalizada. Sin embargo, las negociaciones entre el régimen de Mubarak y las fuerzas burguesas de oposición amenazan interrumpir el proceso revolucionario, con el apoyo del imperialismo estadunidense y europeo.

Frente a la profundización de la movilización revolucionaria que paraliza el país, el gobierno de los Estados Unidos pasó a defender una transición "democrática" con la realización de elecciones incorporando a los partidos burgueses que hoy están en la oposición, incluyendo la Hermandad Musulmana. Esta posición fue expresada por el propio presidente, Barack Obama, y por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en los últimos días.

El objetivo del imperialismo norteamericano es realizar pequeños cambios ampliando la base de sustentación del régimen, a fin de mantener sus aspectos esenciales: la integridad de las Fuerzas Armadas y el papel de principal agente del imperialismo en el mundo árabe, particularmente, el mantenimiento de los acuerdos políticos con Israel.

A la vez, Obama e Hillary Clinton criticaron los ataques de bandas pro-Mubarak a manifestantes y periodistas. Temen que esos ataques lleven a una radicalización del proceso revolucionario, con la generalización de grupos de autodefensa popular y rupturas en la base del Ejército.

Fiel al imperialismo estadounidense, el vicepresidente Omar Suleiman, por su parte, convocó una reunión con los partidos burgueses de oposición para proponer el inicio de una “transición democrática”. Esto se daría con la formación de un consejo para reformular la Constitución de forma de limitar o extinguir las leyes de excepción, y facilitar el reconocimiento de los partidos políticos, que actualmente necesitan ser aprobados por el régimen para poder participar de las elecciones. Ninguna palabra sobre la salida inmediata de Hosni Mubarak, el odiado dictador egipcio, así como otras reivindicaciones populares. A la vez el gobierno anunció un reajuste salarial del 15% a partir de abril para todos los funcionarios públicos.

Mohamed El Baradei y la Hermandad Musulmana no aceptaron la propuesta, pero están comprometidos con el proceso de negociación con el régimen. Buscan preservarse como alternativas burguesas si el régimen no consiga congelar el proceso revolucionario.

Ya en las calles sigue la movilización. El domingo, 6 de febrero, cerca de 500.000 personas se manifestaron en la Plaza Tahrir, centro de las movilizaciones. Hay un proceso de organización por la base para garantizar la ocupación de la Plaza por los manifestantes. Son miles de trabajadores, jóvenes y gente del pueblo que traen alimentos y tiendas, impidiendo a las Fuerzas Armadas de liberar el tráfico en las avenidas que cruzan la Plaza.

La revolución está en una encrucijada. Por un lado, sectores mayoritarios de la burguesía egipcia se unifican con la cúpula del Ejército para implementar el plan de los Estados Unidos de transición "democrática", sin cambios significativos en el régimen político y económico, y tampoco en el papel de agente imperialista en la región. Por otro lado, las masas populares mantienen las movilizaciones y discuten su profundización para derribar a Mubarak y al régimen político.

La posibilidad de victoria del pueblo trabajador y de la juventud consiste en mantener y profundizar las movilizaciones, dividir la base de las Fuerzas Armadas y centralizar las organizaciones de la juventud, los comités de defensa de los barrios y los sindicatos independientes, para crear un poder alternativo de los trabajadores y del pueblo pobre. Esto, en camino hacia un gobierno obrero y popular que lleve la revolución hasta el fin para garantizar alimentos, empleos, salarios, libertades democráticas y la necesaria ruptura con el imperialismo e Israel, con la anulación de los acuerdos diplomáticos y la apertura de la frontera con la Franja de Gaza.

Las manifestaciones de solidaridad en todos los demás países, denunciando los planes del imperialismo estadunidense, apoyado por los aliados imperialistas europeos, también son vitales para la victoria de la revolución. Es necesario exigir de todos los gobiernos la inmediata ruptura de relaciones diplomáticas, políticas, económicas y militares con el Egipto.

¡Ninguna confianza en las negociaciones!

¡Ninguna confianza en las Fuerzas Armadas!

Profundizar las movilizaciones en el camino de un gobierno obrero y popular, que atienda las reivindicaciones y rompa con el imperialismo.
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Estudiantes de Universidad de Puerto Rico reinician protestas pacíficas contra alza de matrícula

Las protestas estudiantiles contra el aumento de la matrícula en la Universidad de Puerto Rico (UPR) se reiniciaron este lunes de forma pacífica en medio de un fuerte contingente policial que rodea el centro de estudios.

El periodista Jesús Espinoza, dio cuenta en exclusiva para teleSUR que siguen el descontento entre la población estudiantil en las inmediaciones del recinto universitario con la presencia de Policías.

"Sigue la protesta estudiantil en la Universidad de Puerto Rico (UPR) en el inicio de las clases mientras los estudiantes repartieron boletones contra la cuota de 800 dólares para la inscripción", sostuvo Espinoza.

Agregó que las actividades que se desarrollan este lunes forman parte la iniciativa llamada "Entra y sal pa'fuera" encabezadas por dirigentes de las facultades sociales que se dieron cita en los pasillos.

Los estudiantes están sujetos a una ley que fue aprobada luego de las revueltas estudiantiles que establece como delito la destrucción o impedimento al acceso de los servicios públicos de las instalaciones de la UPR.

El periodista reportó que alrededor de las 11H00 locales (15H00 GMT) se concentró una fuerte presencia policial para retener cualquier manifestación de los estudiantes quienes portaban franelas negras, consigna de protesta que han mantenido desde finales de 2010.

Adicional a las actividades de este lunes, se convocó a una marcha para dar continuidad al rechazo por la cuota de inscripción.

Hasta el momento, no ha habido ningún pronunciamiento por parte ni de las autoridades del país caribeño ni de la Universidad en sí.

Grupos comunitarios se han sumado a la iniciativa para expresar el apoyo a la protesta que comenzó hace dos meses y que ha dejado cerca de un centenar de detenidos.


fuente: http://www.telesurtv.net/secciones/noticias/88603-NN/estudiantes-de-universidad-de-puerto-rico-reinician-protestas-pacificas-contra-alza-de-matricula/

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Egipto ¡Viva la revolución!

Francis Portocarrero

Los trabajadores del mundo vemos con sumo interés lo que viene sucediendo en todo el Magreb. Las noticias comenzaron con Túnez, cuyo pueblo hizo caer con sus movilizaciones a un dictador y se diseminaron rápidamente por otros países del área, entonces los ojos del mundo tornaron para esta parte del mundo. La historia se está escribiendo estos días.

Las noticias son sorprendentes, sin embargo, no son un “rayo en cielo sereno”, las ansias de cambio son fuertes aunque no hayan sido visibles. Las cosas venían acumulándose de años, incluso décadas en estos países nor-africanos.

Yemen, Jordania, Marruecos, Túnez, Argelia y Egipto todos tienen en común la existencia de regímenes dictatoriales (* ver nota al final) y, por supuesto, de la aplicación de programas económicos neoliberales que agudizaron la desigualdad social, la carestía de vida y el sometimiento de estos países a los intereses geopolíticos del imperialismo y las transnacionales. Esos regímenes no sólo acapararon el poder político, sino que han actuado, como cualquier otro país dependiente, a merced del gran capital. La falta de trabajo, salarios miserables son una realidad cotidiana que esta vez se ha mezclado con la opresión y el deseo de libertad.

El movimiento de masas que se desencadenó ha tenido eco incluso en Albania, territorio europeo, pero no hay duda que el centro de los acontecimientos tienen su centro, hoy, en Egipto que vive las más grandes movilizaciones de su historia. El pueblo egipcio perdió el temor a una dictadura cruel que gobernaba el país desde hace 30 años y no hay quien detenga este impetuoso movimiento de masas.

Hosni Mubarak ensayó algunas maniobras con el fin de continuar en el poder, cambió a todo su gabinete de ministros, impuso un toque de queda, liberó a delincuentes para crear el caos, asesinó a cientos y detuvo a miles, para ello contaba (¿cuándo no?) con el apoyo político y económico de los EEUU, pues junto con Arabia Saudita son piezas claves en el entramado geopolítico en la zona y principal apoyo al régimen nazi-sionista de Israel, el estado artificial creado por las potencias en 1949 como una cuña y gendarme en el mundo árabe.

Peligran todos los regímenes autoritarios, los intereses del imperialismo en la región y el estado sionista de Israel.

Entonces, el significado político de esta revolución democrática tiene mucha trascendencia. Las masas movilizadas no aceptan ya reformas, quieren que se vaya el dictador y sus horas están contadas. El pueblo egipcio ha sentido su poder colectivo en las calles. Si tuvieran al frente una organización y dirección revolucionarias podrían tomar el poder directamente, al no tenerla las cosas se desarrollan de distinta manera, sin embargo, ahora están haciendo historia y se van a tirar abajo a un cruel dictador.

Es una gran lección de la historia reciente. Egipto nunca volverá a ser igual que antes. El antiguo régimen, enfrentado a un poderoso e imparable movimiento de masas, de una escala sin precedentes, se ha vuelto de la noche a la mañana frágil y vulnerable. Hay momentos en los que no son los poderosos de siempre los que escriben la historia, sino las masas.

Federico Engels escribió alguna vez que las revoluciones son “arrebatadoras inspiraciones de la historia”, porque permiten a las sociedades dar pasos agigantados en la evolución histórica y el cambio social en cortos espacios de tiempo que durarían largos años o décadas de desarrollo estable, si nos atenemos al deseo de políticos y gobernantes de la burguesía.

La revolución se da cuando las masas populares, impulsadas por una corriente profunda, inevitable, tumultuosa, entra en escena, se da porque simplemente ha madurado y ya no puede ser contenida fácilmente. Este es el caso de lo que sucede en Egipto y otros países del Magreb.

A despechos de los grandes medios noticiosos nosotros creemos que los sucesos en Túnez, Egipto, Argelia, Marruecos, Jordania, Yemen, Sudán… son el comienzo de la revolución árabe.

¡Victoria para los trabajadores y jóvenes egipcios!

¡Abajo Mubarak!

¡Viva la revolución Árabe!

*Mubarak es presidente desde 1982, M. Alí Abdalá Saleh dirige Yemen desde 1978 y, en Amán, Abdalá II sucedió en 1999 a su padre, que a su vez accedió al poder en 1952. Por no hablar de Siria, donde Bachar Al-Assad sustituyó a su padre, que había tomado el poder en 1970; de Marruecos donde el rey Mohamed VI sucedió en 1999 a su padre, quien había reinado desde 1961; de Libia, donde Gadafi castiga desde 1969 y prepara a su hijo para que le suceda. En cuanto a Ben Alí, presidía Túnez a su antojo desde 1989. En todos estos países la violación de los derechos individuales, políticos y de expresión es muy fuerte. No es nada raro en Egipto, y en otros lugares, se maltrate, torture y asesine a los detenidos. Esta arbitrariedad absoluta, que también se manifiesta en la vida diaria es el combustible de una revolución democrática que expresa por todas partes las ansias de dignidad, de libertad.

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