Argetina:La bronca popular paró el tarifazo de la energía

FRENTE OBRERO SOCIALISTA

Peligra la energía del país

El gobierno dio marcha atrás con el aumento del gas y la luz. Es que la bronca de los afectados era mucha, se dio un reguero de amparos judiciales y comenzaba a montarse un proceso de movlización contra las medidas.
La semana pasada, una movilización convocada por la CTA y partidos de izquierda, junto a organizaciones de consumidores, marchó ante el Congreso para repudiar el tarifazo y exigir la renacionalización de las empresas energéticas. Y en las provincias se empezó a "calentar el ambiente", con picos como en Caleta Olivia (Santa Cruz), donde la Multisectorial, conformada por gremios y partidos políticos, exigió en una movilización con más de 400 compañeros no solo la anulación de los aumentos, sino que se solidarizó con los petroleros en lucha y también se pronunció por la anulación de todas las concesiones petroleras y gasíferas en la provincia de los Kirchner.
Ante este reclamo, la oposición, de ma- nera oportunista, se opuso en el Parlamen- to a los aumentos (los mismos partidos que exigieron durante años la "regularización de las tarifas"). Y la CGT, que no había dicho una palabra, salió a defender a los trabajadores que sufren los aumentos. El gobierno no pudo resistirlo y retrocedió. Es un hecho postivo producto de la bronca popular.
El tarifazo se posterga, la bronca sigue
Pero a no engañarse. Las empresas co brarán nuevamente sus subsidios (por valor de $493 millones) para volver atrás los aumentos. Es decir, lo que no pagan los usuarios que habían sufrido los aumentos, lo pagamos entre todos los trabajadores y el pueblo con los fondos del ANSES o lo que nos quitan de impuestos. Esa no es la solución.
Para colmo, las multinacionales lo utilizarán para justificar su falta de inversión y mantenimiento. La conclusión es que el logro que significa hoy la vuelta atrás del tarifazo volverá como un "boomerang", con peor servicio, agudización de la crisis energética y nuevos tarifazos más adelante.
Todos están con las multinacionales
El gobierno largó el tarifazo, cuando antes había subsidiado para frenar los aumentos. La oposición viene exigiendo desde hace años incrementos tarifarios, pero ahora se opuso y aceptó los subsidios que antes rechazaba. Debatieron y discutieron mucho. Hicieron reportajes en la TV y los diarios. Unos y otros se presentaron como defensores de los consumidores.
Sin embargo, ni gobierno ni oposición tocaron el tema de fondo. Estos proble mas seguirán, la infraestructura se seguirá deteriorando y las reservas de petróleo y gas irán "tocando fondo" mientras los recursos sean manejados por multinacionales privadas, cuyo objetivo central es la ganancia. Y sobre esto no se discute (por lo menos en el Parlamento).
Recuperar nuestros recursos
Pero sí se discute en las organizaciones obreras y populares. Sí lo discute la población de la Patagonia. Y cada vez más tenemos que llevar el debate a todas las fábricas, lugares de trabajo, vivienda y estudio.
La cuestión es sencilla: la energía es un negocio, y entonces se ubica bajo las leyes del mercado; o la energía es un dere cho humano, un servicio esencial que el Estado tiene la obligación de proveer en la cantidad y calidad que la población requiera, a un precio tal que todo el mundo pueda acceder a él, incluso los que no pueden pagarlo.
Y la respuesta también es sencilla: para que las futuras generaciones dispongan de energía, es nuestra responsabilidad hoy volver atrás con el saqueo criminal de los últimos 20 años, renacionalizando, bajo control de los trabajadores, técnicos, científicos y pobladores de los sitios de extracción, toda la industria petrolera y gasífera, así como la producción y transporte de energía eléctrica.
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Afganistán: La "farsa electoral" y la "guerra de Obama"

Las elecciones presidenciales en Afganistán, realizadas el pasado jueves 21 de agosto, costaron mucho dinero y esfuerzo para sus organizadores, el gobierno afgano de Hamid Karzai y las fuerzas de ocupación del país, pero el desenlace fue fallido.

Aunque los resultados electorales definitivos sólo serán conocidos en septiembre, se calcula que comparecieron a las urnas entre 40 y 50% de los 15.600.000 de electores en condiciones de votar. El resultado es muy inferior a la elección anterior, realizada en 2004, cuando la participación, según los organizadores, llegó a 70%.

La elección y la campaña electoral estuvieron atravesadas por la guerra entre las tropas de Estados Unidos y de la OTAN, que, desde el 2001, ocupan el país, y el Talibán, fuerza rebelde que ya fue gobierno y actualmente organiza una guerrilla que está activa en 70% del territorio del país. El Talibán realizó varios atentados con bombas durante la campaña electoral, algunos de ellos en la capital, Kabul, incluyendo un atentado suicida ante al cuartel general de la OTAN, que mató a 7 personas.

Por otro lado, el proceso de votación estuvo marcado por las denuncias de un fraude que favorecería al actual presidente Hamid Karzai, que intenta ganar en el primer turno para evitar la prolongación de la campaña electoral hasta el 1º de octubre, fecha la segunda vuelta.

El principal candidato opositor, el ex ministro Abdullah Abdullah, denunció que hubo fraudes en gran escala en el sur del país, sobre todo en la ciudad de Kandahar. En esta región, dominada por el Talibán, la abstención fue muy alta. Según la denuncia, Karzai se habría aprovechado de eso para "llenar" las urnas de votos para él.

En este marco, está claro que las elecciones sirvieron muy poco al propósito del imperialismo de crear una imagen de un "régimen democrático" y de una situación más estable, a pesar de la guerra. Un país ocupado, un gobierno colonial y una caricatura de democracia
No sólo las elecciones, sino el propio régimen es una farsa. ¿Como podrían ser democráticas unas elecciones que se realizan en un país ocupado militarmente por potencias imperialistas? Los 100.000 soldados de Estados Unidos y de la OTAN son el verdadero poder en Afganistán. El gobierno de Hamid Karzai no pasa de ser un fantoche en manos de los generales norteamericanos, que son los que dirigen de hecho el país.

Basta ver quien garantizó las elecciones. La "seguridad" de las calles de las ciudades y de los lugares de votación, es decir, la vigilancia contra el Talibán, fue garantizada por los 1000.000 soldados de Estados Unidos y de la OTAN. Y todos los gastos para la organización de la votación, 300 millones de dólares, fueron pagados por los organismos que están por detrás de las tropas de ocupación. Como si eso no bastase, fue decretada una censura a la prensa, en los días anteriores a la elección, impidiendo que periódicos, radios y redes de TV divulgasen noticias de atentados del Talibán para "no alarmar la población".

A pesar de todos los intentos de controlar la situación por parte de las tropas del país imperialista más poderoso del mundo y sus aliados, la abstención electoral mostró la fragilidad del gobierno afgano y de las "instituciones" fantoches creadas por el imperialismo. Un solo dato muestra bien esta situación: en Kandahar, provincia y ciudad del mismo nombre, localizada en el sur del país y santuario del Talibán, la abstención puede haber llegado al increíble porcentaje de 95% de un millón de electores registrados, según observadores internacionales independientes. ¿Cuál es la perspectiva de la "guerra de Obama"?
Lo que está por detrás del fracaso de las elecciones, y de la inestabilidad del régimen y del gobierno fantoches de Kabul, es la guerra. Los Estados Unidos están metidos en un "atolladero" que parece no tener fin.

El nuevo gobierno de Barack Obama intenta ser más "papista que el Papa" (es decir, su antecesor, George W. Bush), intensificó el esfuerzo de guerra, mandó otros 30.000 soldados al país y prometió transformar Afganistán en el centro de la "guerra contra el terrorismo". Pero, cuanto más se mete en el atolladero, más problemas tienen para salir.

Existe una explicación de fondo para esta política. Afganistán es un país paupérrimo, pero tiene un papel estratégico para la estabilidad o inestabilidad de una región decisiva para Estados Unidos. Está localizado entre Medio Oriente, región que posee las mayores reservas de petróleo del mundo, Asia Central (que también tiene importantes reservas) y el subcontinente indio.
Si fuese un país estable, Afganistán podría permitir, por ejemplo, que el imperialismo hiciese en acuerdo con los países da Asia Central (Kazaquistán, Uzbequistán) y sacase su producción de petróleo a través de los puertos de Paquistán, evitando el controle total sobre los oleoductos y gasoductos de la región que Rusia dispone en este momento. Por otro lado, este fue uno de los objetivos centrales de la guerra y de la ocupación del país, en 2001.

La inestabilidad de la región comenzó hace 30 años, en 1979, en Irán, país vecino a Afganistán, con el estallido de la revolución que derribó la dictadura del Sha Reza Pahlevi. Temiendo la extensión de la revolución y la institución de una república islámica en sus fronteras, el gobierno de la ex Unión Soviética invadió Afganistán.

Para combatir la influencia soviética en esta parte del mundo, los Estados Unidos apoyaron y armaron un frente guerrillero musulmán, los "mujahidin" del cual participaron Osama Bin Laden y buena parte de las organizaciones islámicas fundamentalistas actuales. Algunos de los principales integrantes de la guerrilla fueron los "señores de la guerra", oligarcas que dirigen las principales nacionalidades del país (los pashtuns representan 40% de la población, también están los tadjiques, los uzbeques y los hazaras). La guerrilla expulsó a los soviéticos y tomó el poder, pero, luego, el frente se dividió, los grupos pasaron a enfrentarse entre sí y el país se hundió en una guerra civil.

Ante esta situación, Estados Unidos, actuando a través de la aliada dictadura militar que gobernaba el vecino Pakistán, buscó crear un instrumento para estabilizar el país. El ISI (organismo de seguridad del gobierno paquistaní) incentivó la formación de una organización de estudiantes de las Madrassas (escuelas islámicas) de una región de Pakistán donde predomina la etnia pashtun, la misma que es mayoritaria en Afganistán. Los miembros de esta organización fueron conocidos como Talibanes, palabra que quiere decir "estudiante" (o quien estudia el "libro", es decir el Corán) en persa y en pashtun.

El Talibán entró en la guerra civil y, después de una campaña militar victoriosa, consiguió tomar el poder y gobernar el país entre 1996 y 2001 Inicialmente el gobierno del Talibán fue visto con muchas simpatías por la población porque traía orden a un país sumergido en el caos y en la destrucción por los "señores de la guerra". Pero después se fue desgastando, en la medida en que fue instituyendo una "república islámica" de las más reaccionarias y represivas del mundo.
Sin embargo, por más reaccionario que fuese, el gobierno del Talibán no gozaba de la confianza de Estados Unidos y no era controlado por éste. El atentado de 11 de septiembre de 2001 y el objetivo declarado de capturar a Osama Bin Laden, aliado del gobierno del Talibán, fueron los pretextos para que Bush invadiera el país.

Expulsado del gobierno, el Talibán volvió a organizarse y desencadenó una guerra de guerrillas contra las tropas de ocupación. Hoy, las acciones armadas de la guerrilla del Talibán están presentes en 70% del territorio del país. Las tropas de ocupación enfrentan crecientes pérdidas y no consiguieron estabilizar el país, a pesar de los nuevos 30.000 soldados enviados por Obama (que se sumaron a los 70.000 que estaban anteriormente).

Nada indica que este curso pueda ser cambiado con el envío de más tropas, lo que, por sí sólo, es difícil. La "guerra de Obama" puede tener el mismo significado para el actual presidente estadounidense que la guerra de Irak tuvo para Bush. El imperialismo, otra vez, actuó como "aprendiz de hechicero", creando un instrumento que, más tarde, se volvió contra él. Contradictoriamente, un movimiento reaccionario, como el Talibán, lucha actualmente contra el imperialismo con armas en la mano.
Hoy, la gran tarea del pueblo afgano es expulsar a las tropas imperialistas de ocupación y conseguir la verdadera independencia nacional de Afganistán. En este camino, son válidas las acciones militares de la resistencia, lo que no significa ningún tipo de apoyo político al Talibán. Es hora de que todas las organizaciones populares y democráticas del mundo se manifiesten contra la ocupación militar de Afganistán y exijan el retiro inmediato de las tropas invasoras.
fuente: Liga Iternacional de los Trabajadores Lit-Ci
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Trotsky, el socialismo y la democracia

Por Francis Portocarrero Vivanco*
El 20 de agosto se cumplen 69 años del asesinato en México de León Trotsky, presidente del soviet de San Petersburgo en 1905 y 1917, posteriormente encabezó la lucha contra la burocratización del Estado nacido de la revolución y por la regeneración del partido bolchevique, luchó por la democracia interna en contraposición al totalitarismo burocrático de Stalin, a su modelo de partido único monolítico y al manejo burocrático y totalitario del Estado.Los soviets –o consejos– obreros y campesinos (al igual que los consejos de soldados) fueron –tanto en Rusia, en 1905 y 1917, como (después de la Primera Guerra Mundial) en Alemania, Austria-Hungría o incluso Italia en 1920– una creación de la clase trabajadora, de su sector más decidido, culto y organizado, no de los partidos. Los consejos o soviets eran el organismo político de coordinación y discusión plural y democrática de todas las ideas que circulaban entre los trabajadores. Trotsky, presidió en 1905 y en 1917, estos organismos democráticos y revolucionarios. Los bolcheviques para ganar la mayoría tuvieron que luchar al interior de estos organismos de obreros campesinos y soldados enfrentando sus ideas y propuestas con las otras tendencias obreras, oportunistas y reformistas, antes mayoritarias. Una vez en el gobierno soviético, el partido bolchevique dirigido por Lenin y Trotsky, no fue el único ni mucho menos monolítico. En el partido bolchevique había, en efecto, libertad de tendencias y una intensa discusión entre las diversas corrientes en la que Lenin muchas veces quedó en minoría, y en el gobierno, además de los bolcheviques –en cuyo partido confluyeron muchísimos anarquistas– estaban los mencheviques internacionalistas y los socialistas revolucionarios de izquierda.La concepción de Trotsky fue siempre la de Marx: “la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos”, no de una minoría, una vanguardia autodesignada o iluminada. El partido es sólo un instrumento, en el mejor de los casos puede ser un maestro y un organizador, nunca el sustituto de quienes declara servir y ser instrumento. La base de la construcción del socialismo es la autogestión, como la expresada en los soviets (consejos) que cumplen el papel del Estado porque legislan, controlan, deciden sobre los recursos, todo sobre la base de las asambleas y de la libre discusión entre las diferentes tendencias, organizadas partidariamente o no.Poco antes de morir Lenin, enfermo y postrado estaba preocupado por el giro que iba tomando el partido bolchevique en manos de Stalin, veía el peligro de que el partido se burocratizara y anulara la vida interna, hechos que podían llevarlo a su autodestrucción y propuso a Trotsky dar la batalla juntos contra esta desviación. Pero sólo planteó la lucha y no tuvo tiempo de iniciarla debido a su muerte, dejando a Trotsky prácticamente solo en esta pelea. Trotsky reivindica la concepción del partido de Lenin para combatir las calumnias de Stalin y sus que lo acusan de advenedizo, de antileninista y antibolchevique, e inventan un dogma que lo llaman “marxismo-leninismo” que nada tenía que ver con Marx o con Lenin y su método de análisis revolucionario de la sociedad.Trotsky lucha contra Stalin en nombre del breve periodo de vida del partido que hizo la gran revolución de octubre, bajo la dirección de Lenin y por una concepción contrapuesta a Stalin y la burocracia, mucho más rica, profunda y amplia de la revolución y del socialismo. En cuanto a los soviets, sigue luchando por revivirlos y hacerlos, pugna hasta su muerte para que los soviets o consejos de trabajadores reemplacen a los organismos estatales de mediación, como los sindicatos burocratizados, para ayudar a construir así la independencia política y la conciencia de los trabajadores, y para afirmar su autoconfianza y desarrollar sus capacidades de decisión políticas y administrativas.Frente a quienes creen que el socialismo caerá a los trabajadores como un nuevo manáo que vendrá de la mano de un líder iluminado, Trotsky aboga por el socialismo con democracia de los organismos obreros y de masas por la autogestión y plantea que para ello la clase obrera debe construir la subjetividad política revolucionaria tanto a nivel internacional como en el plano nacional. Podemos resumirla en la frase: la crisis de la humanidad es la crisis de dirección revolucionaria. Es el hilo rojo que marca toda su vida política. Debido a esta postura fue expulsado de la, perseguido no solo por los capitalistas de todo el mundo sino por la burocracia stalinista, porque era inasimilable e incorruptible. Por eso también le rendimos homenaje en un momento en que muchos pretenden construir el socialismo fundamentalmente desde arriba, con el aparato estatal, desde el aparato estatal, con los trabajadores actuando apenas como coro o como comparsa.
*Es militante y miembro de dirección de la Liga Socialista
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"Mi Vida" de Leon Trotsky

Este 20 de agosto se recuerda un año más del asesinato de León Trotsky, uno de los más grandes revolucionarios de la historia, cuyo nombre intentaron borrar y fue manchado por la burocracia stalinista, vil autora de su muerte; sin embargo su nombre, su teorización y su acción revolucionaria perdura y sobre pasa los limites y barreras puestas por sus adversarios.

“Y yo no soy de esos que acostumbran a enfocar las perspectivas históricas con el ángulo visual de sus personales intereses y vicisitudes. El deber primordial de un revolucionario es conocer las leyes que rigen lo sucesos de la vida y saber encontrar, en el curso que estas leyes trazan, su lugar adecuado. Es, a la vez, la más alta satisfacción personal que puede apetecer quien no une la misión de su vida al día que pasa.”
L. TROTSKY
En esta dirección podrán bajar su autobiografía, intitulada Mi Vida.


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Carlincaturas


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Mineros hacen huelga contra filial de la Vale do Rio Doce

CONLUTAS


Empresa minera con matriz en Brasil intenta quitar derechos de trabajadores de la Vale Inco, en Canadá
Escribe: Igor García, desde Minas Gerais
No sólo en Brasil la empresa minera Vale (ex Vale do Río Doce) ataca a los trabajadores. La empresa, privatizada en los años 90, bajo el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, actúa como cualquier otra multinacional, explotando la mano de obra y saqueando los recursos naturales. En Canadá, la Vale compró la Inco, en 2006, y, en ese país, pasó a actuar bajo el nombre Vale Inco. Ahora, utiliza la crisis económica para poner en marcha un gran ataque contra los derechos de los mineros de Canadá, que reaccionaron con una fuerte huelga.Los trabajadores de la Vale Inco están parados desde 13 de julio, contra la propuesta final de acuerdo colectivo hecho por la empresa para el periodo 2009-2011. Participan de la huelga cerca de 3.500 mineros de las comunidades de Sudbury, Port Colborne y Voisey's Bay en la provincia de Ontario. En conjunto, las minas de esta región son responsables por 31% de la producción mundial de níquel de la Vale.
La propuesta final hecha por la empresa fue rechazada por 85% de los afiliados al sindicato USW (United Steel Workers), porque contiene diversos ataques a derechos de los canadienses, como la elevación del piso para pagar el llamado " abono del níquel", al plano de pensiones, la negativa a la reposición automática de la inflación y procesos de tercerización.
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Colombia: contra la utilización de bases militares por EEUU

PST (COLOMBIA)
La decisión del gobierno de Álvaro Uribe de aceptar la imposición del imperialismo norteamericano de poner a su disposición las bases militares colombianas es un nuevo retroceso político y democrático, que tiene graves consecuencias para los trabajadores y los pobres del país y que, por tanto, tiene que ser rechazada y combatida por todos los explotados y oprimidos. Las necesidades mezquinas de la burguesía nacional llevaron al gobierno de Uribe a doblar nuevamente la rodilla ante los intereses estratégicos del imperialismo yanqui.

La crisis de la economía norteamericana, su pérdida de mercados y del monopolio de fuentes de materias primas baratas por la agresiva penetración del capital imperialista europeo en el Continente, la proliferación de gobiernos nacionalistas y de frente popular más difíciles de controlar, la persistencia de organizaciones guerrilleras como las FARC, consideradas por el Pentágono como un peligro terrorista, el mantenimiento de altos niveles de producción y tráfico de estupefacientes desde aliados claves como México, Colombia, y Perú y, finalmente, la crisis ambiental, que convierte a regiones como el Amazonas en zonas geoestratégicas, han obligado al gobierno de Barack Obama a redefinir la política que el imperialismo tuvo en la pasada década hacia América Latina.

Obama está combinando en proporciones diferentes la diplomacia con la intervención directa en los países de su "patio trasero". Su marcado protagonismo en la pasada Cumbre de las Américas le permitió recuperar el liderazgo político y diplomático, las reuniones bilaterales con los presidentes Lula de Brasil y Felipe Calderón de México le sirvieron para retomar la iniciativa en el terreno económico y la más reciente con Álvaro Uribe para reafirmar su hegemonía militar y su capacidad de intervención directa. Las cartas de presión económica -el TLC y el Plan Colombia- le garantizaron el permiso colombiano a hacer uso de las bases militares para sus objetivos de hacer presencia estratégica, combatir a las guerrillas y el narcotráfico y amedrentar a los líderes incómodos, como Chávez, Correa y Evo Morales.
http://www.litci.org/MateriaES.aspx?MAT_ID=1720
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