El Congreso de Honduras consumó el golpe de Estado asestado en la madrugada de ayer y que acabó con el “secuestro” del presidente Manuel Zelaya y su expulsión contra su voluntad a Costa Rica, como el propio mandatario denunció.
A pesar de la catarata de condenas procedentes de todo el mundo y particularmente de todos los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), empezando por Estados Unidos, los diputados votaron por unanimidad en sesión extraordinaria el nombramiento de un presidente sustituto, Roberto Micheletti.
Las causas se resumen en las “reiteradas violaciones” que presuntamente cometió Zelaya al pretender convocar un referéndum, que se tendría que haber celebrado ayer, para reformar la Constitución y acercarla al modelo chavista. La Corte Suprema se lo prohibió, su Partido Liberal (derechista) le dio la espalda y los militares amenazaron con echarlo, y cumplieron su amenaza.
Micheletti, que estará en el cargo hasta el 27 de enero de 2010, y promete elecciones para finales de este año, fue elegido en virtud de una disposición constitucional que establece que, en ausencia absoluta del presidente y el vicepresidente (renunció en 2008), el jefe del Parlamento asume el cargo.
“Soy el legítimo presidente”. Previamente, los congresistas habían aceptado una carta de renuncia firmada por Zelaya, pero que éste no reconoce como de su autoría.
“Soy el legítimo presidente de Honduras y solo el pueblo tiene el poder de quitarme de ahí, no un grupo de gorilas”, dijo el mandatario, quien negó por otro lado que hubiera pedido asilo político en Costa Rica.
“Debe ser condenado por todos”. Antes del nombramiento de Micheletti, la secretaria de Estado de EU, Hillary Clinton, afirmó que la acción contra el presidente de Honduras “viola los preceptos de la Carta Democrática Interamericana y debe ser condenada por todos”.
“Instamos a todas las partes en Honduras a que respeten el orden constitucional y el imperio de la ley, reafirmen su vocación democrática y se comprometan a resolver las disputas políticas pacíficamente y a través del diálogo”, dijo Clinton.
Condena de la OEA. Los países miembros de la OEA, entre ellos México, reunidos en sesión extraordinaria, aprobó por aclamación una resolución de siete puntos que condena “enérgicamente” el “golpe de Estado” contra el presidente Zelaya, y exige su retorno “inmediato, seguro e incondicional” al poder.
Con esta resolución, estudiada a puerta cerrada durante cinco horas, la OEA se sumó a la Unión Europea y al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que exigieron previamente el restablecimiento del orden constitucional en esa nación.
Es la primera vez que el Consejo Permanente estudia en sesión extraordinaria un golpe de Estado, después del realizado en Venezuela en abril de 2002.
“Esto ha sido un golpe militar y tenemos que señalar que se debe restablecer el orden constitucional”, dijo el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
Además, exige la puesta en libertad “de inmediato” de la canciller Patricia Rodas y de otros miembros del gabinete, y el alcalde de San Pedro Sula, la mayor ciudad del país.
A pesar de la catarata de condenas procedentes de todo el mundo y particularmente de todos los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), empezando por Estados Unidos, los diputados votaron por unanimidad en sesión extraordinaria el nombramiento de un presidente sustituto, Roberto Micheletti.
Las causas se resumen en las “reiteradas violaciones” que presuntamente cometió Zelaya al pretender convocar un referéndum, que se tendría que haber celebrado ayer, para reformar la Constitución y acercarla al modelo chavista. La Corte Suprema se lo prohibió, su Partido Liberal (derechista) le dio la espalda y los militares amenazaron con echarlo, y cumplieron su amenaza.
Micheletti, que estará en el cargo hasta el 27 de enero de 2010, y promete elecciones para finales de este año, fue elegido en virtud de una disposición constitucional que establece que, en ausencia absoluta del presidente y el vicepresidente (renunció en 2008), el jefe del Parlamento asume el cargo.
“Soy el legítimo presidente”. Previamente, los congresistas habían aceptado una carta de renuncia firmada por Zelaya, pero que éste no reconoce como de su autoría.
“Soy el legítimo presidente de Honduras y solo el pueblo tiene el poder de quitarme de ahí, no un grupo de gorilas”, dijo el mandatario, quien negó por otro lado que hubiera pedido asilo político en Costa Rica.
“Debe ser condenado por todos”. Antes del nombramiento de Micheletti, la secretaria de Estado de EU, Hillary Clinton, afirmó que la acción contra el presidente de Honduras “viola los preceptos de la Carta Democrática Interamericana y debe ser condenada por todos”.
“Instamos a todas las partes en Honduras a que respeten el orden constitucional y el imperio de la ley, reafirmen su vocación democrática y se comprometan a resolver las disputas políticas pacíficamente y a través del diálogo”, dijo Clinton.
Condena de la OEA. Los países miembros de la OEA, entre ellos México, reunidos en sesión extraordinaria, aprobó por aclamación una resolución de siete puntos que condena “enérgicamente” el “golpe de Estado” contra el presidente Zelaya, y exige su retorno “inmediato, seguro e incondicional” al poder.
Con esta resolución, estudiada a puerta cerrada durante cinco horas, la OEA se sumó a la Unión Europea y al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que exigieron previamente el restablecimiento del orden constitucional en esa nación.
Es la primera vez que el Consejo Permanente estudia en sesión extraordinaria un golpe de Estado, después del realizado en Venezuela en abril de 2002.
“Esto ha sido un golpe militar y tenemos que señalar que se debe restablecer el orden constitucional”, dijo el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
Además, exige la puesta en libertad “de inmediato” de la canciller Patricia Rodas y de otros miembros del gabinete, y el alcalde de San Pedro Sula, la mayor ciudad del país.
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