Por Francis Portocarrero
Los últimos dos meses de 2009 la prensa especializada ha venido anunciando “el fin de la crisis”. Para apoyarse en esta aseveración se apoyan en cifras del comportamiento de la economía norteamericana (su PBI llegó a poco más del 3% en el penúltimo trimestre, entre junio y setiembre). Estas cifras y datos confirmarían una tendencia a la recuperación de la principal economía del mundo. Por supuesto nosotros no creemos que sea exacto y vamos a tratar de demostrar por qué.
Una salida de la magnitud de la crisis que comprometió a todo el mundo capitalista no se recupera tan fácilmente, no basta un trimestre de recuperación. La economía mundial y como la de cada nación necesitaría recuperar los niveles de actividad previos al profundo crack económico y para ello la economía mundial necesita recorrer un largo trecho. La ‘recuperación’ actual es precaria y se encuentra en cuidados intensivos. Esta recuperación sólo sirve como propaganda de los capitalistas y sus apologistas, es como una necesidad del sistema para alejar el espanto, se hace autobombo y actúa intentando disimular su maltrecho estado, es como un paciente que se niega a reconocer un cáncer avanzado. Una reacción enfermiza y recurrente típica de un cuerpo enfermo: evitar reconocer la precariedad de su salud, de su vitalidad, considerar que está bien, que su enfermedad ya pasó.
La actual ‘recuperación’ es consecuencia del socorro gigantesco de los Estados de las principales economías del mundo al sector financiero que cayó en bancarrota. Si bien es notorio que el mercado financiero ha vuelto a cierta ‘normalidad’, la recuperación económica, se da fundamentalmente en sectores estrechamente relacionados a la actividad financiera. Problemas en otros sectores de la economía mundial aun persisten. Temblores en el ámbito financiero provocados por el desplome de la economía de Dubai (Emiratos Árabes), la última semana de noviembre, reflejan la fragilidad de la recuperación actual. Del mismo modo, cuando venció el plazo (en octubre del año pasado en EEUU) de las facilidades para el canje de autos usados, las ventas automotrices cayeron en picada o cuando en noviembre el CTI Group no pudo más y se declaró en bancarrota, esta ha sido una de las más grandes quiebras que se han presentado en la historia corporativa de los EEUU.
Por ello concordamos con quienes que consideran que la actual recuperación es “con muletas”. Si queremos hablar de una recuperación económica o salida de la recesión económica será necesario que exista un real incremento de la producción y un funcionamiento crediticio y monetario normalizado. Más esto no está ocurriendo en la economía mundial, por el contrario el déficit fiscal de EEUU se ha disparado a dos billones y su deuda pública a 14 billones (¡¡!!).
De acuerdo a la teoría economica un ciclo económico es un movimiento que implica no sólo a la producción sino también el crédito y el empleo (como una trípode), estos dos últimos elementos continúan su tendencia recesiva. Por ejemplo, el crédito se ha contraído en todas partes. La mayor parte de la emisión monetaria se mantiene bajo siete llaves o ha sido desviada al vaivén de la Bolsa de Valores, es decir, nuevamente hacia la especulación.
Es esto lo que no hacen afirmar que no existe una “recuperación”, para nosotros lo que ha habido es básicamente una contención del desplome sistémico. Si antes era caída libre, ahora tocó piso pero sigue hacia abajo aún. La casi totalidad de informaciones que se puede recoger de distintas partes del mundo indican que el empleo sigue cayendo. Los despidos y los ataques contra la clase trabajadora en todo el mundo continúan. Una economía con alto índice de desempleo no está recuperada.
En el caso de la crisis hipotecaria, esta se ha extendido a la propiedad comercial. Hoy, la lucha por la recuperación de la tasa de ganancia en el mundo capitalista actual pasa por un aumento brutal de la explotación, de la extensión de la hambruna. Los capitalistas no van a ceder lo que conquistaron a través de las contrarreformas laborales y la flexibilización, por el contrario intentarán avanzar aun más, aumentando la superexplotación y el saqueo, exprimiendo hasta el último sudor y sangre de cientos de millones de hombres y mujeres, incrementando las horas de trabajo o la intensidad de la producción, reduciendo los salarios, violando permanentemente los derechos laborales.
Lo que sí se puede afirmar de manera realista desde un punto de vista obrero y de clase es que la crisis capitalista mundial continúa y está en pleno desarrollo. No se ha detenido a pesar de todos los grandes esfuerzos hechos por las principales economías del mundo. Es más, la crisis mundial afecta a la economía peruana debido a que el modelo económico primario exportador, neoliberal, impuesto desde la dictadura fujimorista y vigente hasta hoy, ha orientado la economía peruana al mercado mundial, abandonando la industrialización. Ejemplo de ello es la caída del PBI peruano de casi 10% a 1% o menos en 2009 como efecto directo. A nivel laboral se refleja el incremento de la pobreza y en cientos de miles de despedidos, en el intento de precarizar aun más las relaciones laborales, caída de la producción y descenso de la inversión.
Claro, algunos se preguntarán entonces ¿qué significan las cifras azules que nos muestran a diario los periódicos del mundo y los noticieros acerca del comportamiento de la economía mundial y de la propia economía nacional?
La recuperación de beneficios que han anunciado un conjunto de corporaciones multinacionales se debe básicamente a que lograron reducir sus costos, especialmente sus costos laborales, más no se debe a un incremento en sus ventas o de sus ingresos. Más bien, lo que se está produciendo al calor de la crisis actual es un aumento de la concentración de la producción. De hecho, esto último, desde el punto de vista capitalista, es una premisa para su recuperación económica y ésta, junto al aumento de la tasa de ganancia, afectará negativamente al consumo y a la inversión. Pero este es otro tema.
La crisis actual comenzó con la bancarrota financiera generalizada. A pesar del apoyo de los gobiernos y estados capitalistas los balances de los bancos siguen sin sanearse, se sigue hablando de un comportamiento “zombie” del sistema financiero, sigue en pie pero no ‘vive’. Este lenguaje esconde el hecho de que la economía se ha vuelto más parasitaria que antes. Actualmente los bancos pagan dividendos con dinero de la ayuda estatal que recibieron. Si los Estados y sus bancos centrales quitasen el apoyo cuantioso y multimillonario que han hecho a los bancos podríamos decir, para ser gráficos, que se desplomarían de forma muy similar a las torres gemelas del WTC.
Ahora, si bien los Estados (reflejando su estrecha relación de clase) acudieron en ayuda principalmente de los bancos y sectores financieros para contener la caída libre de la economía capitalista, con esa acción comprometieron las divisas de las principales economías del mundo, por lo tanto, más allá de la actual ‘recuperación’ de la que se habla, es probable que frente a una próxima e inevitable crisis su capacidad de salvataje se vea seriamente limitada y no puedan contener un nuevo crack, lo que queremos decir es que con la actual recuperación y auxilio estatal están auspiciando una crisis muchísimo mayor que la actual, más amplia y profunda aun. El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. y nos ocuparemos de esto en otro artículo.
No se puede abstraer la política y la lucha social del análisis económico. Al abordar la crisis solamente desde un punto de vista técnico y/o económico toda investigación y vaticinio se tornará parcial mientras evada o no reconozca los efectos directos que tienen las confrontaciones de clase sobre la economía y la sociedad en su conjunto. Por eso la política es economía concentrada, siempre van juntas.
Los últimos dos meses de 2009 la prensa especializada ha venido anunciando “el fin de la crisis”. Para apoyarse en esta aseveración se apoyan en cifras del comportamiento de la economía norteamericana (su PBI llegó a poco más del 3% en el penúltimo trimestre, entre junio y setiembre). Estas cifras y datos confirmarían una tendencia a la recuperación de la principal economía del mundo. Por supuesto nosotros no creemos que sea exacto y vamos a tratar de demostrar por qué.
Una salida de la magnitud de la crisis que comprometió a todo el mundo capitalista no se recupera tan fácilmente, no basta un trimestre de recuperación. La economía mundial y como la de cada nación necesitaría recuperar los niveles de actividad previos al profundo crack económico y para ello la economía mundial necesita recorrer un largo trecho. La ‘recuperación’ actual es precaria y se encuentra en cuidados intensivos. Esta recuperación sólo sirve como propaganda de los capitalistas y sus apologistas, es como una necesidad del sistema para alejar el espanto, se hace autobombo y actúa intentando disimular su maltrecho estado, es como un paciente que se niega a reconocer un cáncer avanzado. Una reacción enfermiza y recurrente típica de un cuerpo enfermo: evitar reconocer la precariedad de su salud, de su vitalidad, considerar que está bien, que su enfermedad ya pasó.
La actual ‘recuperación’ es consecuencia del socorro gigantesco de los Estados de las principales economías del mundo al sector financiero que cayó en bancarrota. Si bien es notorio que el mercado financiero ha vuelto a cierta ‘normalidad’, la recuperación económica, se da fundamentalmente en sectores estrechamente relacionados a la actividad financiera. Problemas en otros sectores de la economía mundial aun persisten. Temblores en el ámbito financiero provocados por el desplome de la economía de Dubai (Emiratos Árabes), la última semana de noviembre, reflejan la fragilidad de la recuperación actual. Del mismo modo, cuando venció el plazo (en octubre del año pasado en EEUU) de las facilidades para el canje de autos usados, las ventas automotrices cayeron en picada o cuando en noviembre el CTI Group no pudo más y se declaró en bancarrota, esta ha sido una de las más grandes quiebras que se han presentado en la historia corporativa de los EEUU.
Por ello concordamos con quienes que consideran que la actual recuperación es “con muletas”. Si queremos hablar de una recuperación económica o salida de la recesión económica será necesario que exista un real incremento de la producción y un funcionamiento crediticio y monetario normalizado. Más esto no está ocurriendo en la economía mundial, por el contrario el déficit fiscal de EEUU se ha disparado a dos billones y su deuda pública a 14 billones (¡¡!!).
De acuerdo a la teoría economica un ciclo económico es un movimiento que implica no sólo a la producción sino también el crédito y el empleo (como una trípode), estos dos últimos elementos continúan su tendencia recesiva. Por ejemplo, el crédito se ha contraído en todas partes. La mayor parte de la emisión monetaria se mantiene bajo siete llaves o ha sido desviada al vaivén de la Bolsa de Valores, es decir, nuevamente hacia la especulación.
Es esto lo que no hacen afirmar que no existe una “recuperación”, para nosotros lo que ha habido es básicamente una contención del desplome sistémico. Si antes era caída libre, ahora tocó piso pero sigue hacia abajo aún. La casi totalidad de informaciones que se puede recoger de distintas partes del mundo indican que el empleo sigue cayendo. Los despidos y los ataques contra la clase trabajadora en todo el mundo continúan. Una economía con alto índice de desempleo no está recuperada.
En el caso de la crisis hipotecaria, esta se ha extendido a la propiedad comercial. Hoy, la lucha por la recuperación de la tasa de ganancia en el mundo capitalista actual pasa por un aumento brutal de la explotación, de la extensión de la hambruna. Los capitalistas no van a ceder lo que conquistaron a través de las contrarreformas laborales y la flexibilización, por el contrario intentarán avanzar aun más, aumentando la superexplotación y el saqueo, exprimiendo hasta el último sudor y sangre de cientos de millones de hombres y mujeres, incrementando las horas de trabajo o la intensidad de la producción, reduciendo los salarios, violando permanentemente los derechos laborales.
Lo que sí se puede afirmar de manera realista desde un punto de vista obrero y de clase es que la crisis capitalista mundial continúa y está en pleno desarrollo. No se ha detenido a pesar de todos los grandes esfuerzos hechos por las principales economías del mundo. Es más, la crisis mundial afecta a la economía peruana debido a que el modelo económico primario exportador, neoliberal, impuesto desde la dictadura fujimorista y vigente hasta hoy, ha orientado la economía peruana al mercado mundial, abandonando la industrialización. Ejemplo de ello es la caída del PBI peruano de casi 10% a 1% o menos en 2009 como efecto directo. A nivel laboral se refleja el incremento de la pobreza y en cientos de miles de despedidos, en el intento de precarizar aun más las relaciones laborales, caída de la producción y descenso de la inversión.
Claro, algunos se preguntarán entonces ¿qué significan las cifras azules que nos muestran a diario los periódicos del mundo y los noticieros acerca del comportamiento de la economía mundial y de la propia economía nacional?
La recuperación de beneficios que han anunciado un conjunto de corporaciones multinacionales se debe básicamente a que lograron reducir sus costos, especialmente sus costos laborales, más no se debe a un incremento en sus ventas o de sus ingresos. Más bien, lo que se está produciendo al calor de la crisis actual es un aumento de la concentración de la producción. De hecho, esto último, desde el punto de vista capitalista, es una premisa para su recuperación económica y ésta, junto al aumento de la tasa de ganancia, afectará negativamente al consumo y a la inversión. Pero este es otro tema.
La crisis actual comenzó con la bancarrota financiera generalizada. A pesar del apoyo de los gobiernos y estados capitalistas los balances de los bancos siguen sin sanearse, se sigue hablando de un comportamiento “zombie” del sistema financiero, sigue en pie pero no ‘vive’. Este lenguaje esconde el hecho de que la economía se ha vuelto más parasitaria que antes. Actualmente los bancos pagan dividendos con dinero de la ayuda estatal que recibieron. Si los Estados y sus bancos centrales quitasen el apoyo cuantioso y multimillonario que han hecho a los bancos podríamos decir, para ser gráficos, que se desplomarían de forma muy similar a las torres gemelas del WTC.
Ahora, si bien los Estados (reflejando su estrecha relación de clase) acudieron en ayuda principalmente de los bancos y sectores financieros para contener la caída libre de la economía capitalista, con esa acción comprometieron las divisas de las principales economías del mundo, por lo tanto, más allá de la actual ‘recuperación’ de la que se habla, es probable que frente a una próxima e inevitable crisis su capacidad de salvataje se vea seriamente limitada y no puedan contener un nuevo crack, lo que queremos decir es que con la actual recuperación y auxilio estatal están auspiciando una crisis muchísimo mayor que la actual, más amplia y profunda aun. El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. y nos ocuparemos de esto en otro artículo.
No se puede abstraer la política y la lucha social del análisis económico. Al abordar la crisis solamente desde un punto de vista técnico y/o económico toda investigación y vaticinio se tornará parcial mientras evada o no reconozca los efectos directos que tienen las confrontaciones de clase sobre la economía y la sociedad en su conjunto. Por eso la política es economía concentrada, siempre van juntas.
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