Pronunciamiento del Partido Socialista de los Trabajadores
La ciudad del Cusco se encuentra en una situación crítica, producto de profusas y persistentes lluvias, que hasta la fecha reportan 15 muertos y miles de familias damnificadas en el Valle Sagrado de los incas, la provincia de La Convención, provincia de Anta, el distrito de Lucre y las poblaciones que se encuentran a lo largo de los ríos Vilcanota, Huatanay, Saphy, etc.
Las inundaciones en algunos lugares llegaron a tener hasta 1,5 m y los huaycos han devorado carreteras, casas, destruyendo todo a su paso.
Las chacras se encuentran inundadas, las perdidas en productos agrícolas son incalculables ya que se han afectado cultivos de maíz a punto de cosecharse, así como árboles frutales que son imposibles de reponer, pues lleva años hacer que produzcan. En otras palabras los efectos de estas lluvias se extenderán por años. La economía campesina ha sido demolida a lo largo del Valle Sagrado de los Incas.
El servicio de trenes a Machu Picchu y las salidas de aviones se encuentran suspendidos.
Las imágenes son desoladoras, los rostros confundidos de la gente, los desgarradores llantos de aquellos que ya lo han perdido todo se entremezclan en una situación que tiende a empeorar. El embalsamiento prolongado del agua puede provocar plagas, que de darse serán un problema aun mayor.
Sin embargo este desastre se pudo evitar, la tragedia se veía venir, ya que aunque estas lluvias han sido excepcionales, el río Vilcanota reporta un caudal de 280 metros cúbicos que es atípico. Nunca hubo un nivel de caudal tan grande. Pero no es novedad que los sistemas de desagüe y alcantarillado de la ciudad no se abastecen en tiempo de lluvias y que los ríos principales se encuentran colmatados por basura y desmonte. Pero sobre todo este desastre es producto del abandono de las autoridades ediles, regionales y del gobierno central ya que en algunos lugares, producto de las barreas burocráticas impuestas por el gobierno central que impiden el uso del presupuesto público de forma directa para este tipo de emergencias. En algunas localidades no hay siquiera combustible para mover la maquinaria que podría ayudar a resolver con celeridad algunos problemas.
Sin embargo las autoridades son incapaces de atender el problema ya que se preocupan más por ejecutar obras de efecto populista preparando su campaña electoral, que de emprender obras de gran envergadura de saneamiento ambiental que podrían prevenir este tipo de situaciones.
Nuestro planeta se encuentra sumergido en la inmundicia del capitalismo mundializado, que ha provocado un profundo desequilibrio climático producto del abuso irracional y sobre explotación permanente de los recursos naturales de nuestro planeta. Lo ocurrido en Cusco es solo una muestra más de los peligros del cambio climático producto del calentamiento global por el abuso de combustibles fósiles y la desaparición de los bosques naturales.
Los bosques alto andinos, prácticamente desaparecidos producto del crecimiento de las ciudades, la minería y su reemplazo por bosques de árboles exóticos con fines comerciales, absorbían el agua de lluvia y evitaban el deslizamiento de las laderas. El planeta se en cuentra en medio de una emergencia climática.
Hoy vivimos las consecuencias de la irracionalidad de este sistema que piensa en movilizar y desviar presupuesto para el rescate de 2000 turistas varados en Aguas Calientes antes que en intervenir para resolver el problema de vivienda, agua y luz de miles de damnificados.
Este desastre evidencia los contrastes sociales, somos los más pobres los más afectados, los olvidados de siempre y sin embargo a los que se nos carga sobre los hombros el peso de la crisis económica, se nos reduce el salario, sube el precio de los alimentos, el combustible, el transporte y se nos despide masivamente de nuestros trabajos.
Los trabajadores debemos extender lazos de solidaridad con nuestros hermanos campesinos, formar en nuestros sindicatos brigadas de ayuda directa, ninguna confianza en los burócratas del gobierno aprista hambreador responsable político de esta emergencia. Urge una campaña de solidaridad a nivel nacional que debe ser encabezada por los gremios obrero-campesinos en apoyo al pueblo afectado por las lluvias en Cusco.
Foto: Marco Antonio Moscoso Velarde.
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