Lea el Correo Internacional nº 4

Presentación
Estamos cerrando esta edición de Correo Internacional después que una gran revolución popular derribó al dictador egipcio Hosni Mubarak. Acompañamos y apoyamos esta revolución. Ahora festejamos emocionados, junto con el pueblo egipcio, este primer gran triunfo de su lucha.

Este proceso tiene una importancia extraordinaria en la lucha de clases internacional. Egipto es un país clave en el “mundo árabe”. Lo fue cuando encabezó la lucha antiimperialista y contra Israel, entre las décadas de 1950 y 1970. También cuando, a finales de los ‘70, el entonces presidente Anwar Sadat traicionó esa lucha, reconoció al estado sionista y abandonó la lucha por su destrucción. La dictadura de Mubarak profundizó esta traición al transformar el país en uno de los brazos de la “pinza árabe” que ayuda a Israel a intentar estrangular la lucha del pueblo palestino por recuperar su territorio histórico.

En un “efecto dominó”, la revolución egipcia, detonada por el proceso de Túnez, ya es continuada por una “onda expansiva”, como en Libia y Yemen, que amenaza a todos los regímenes dictatoriales y monarquías de la región, incluyendo al de Irán, la mayoría de ellos agentes del imperialismo. La “santa alianza” formada entre el imperialismo y estas burguesías tratará de frenar esa oleada revolucionaria y evitar que siga su cauce natural hacia la revolución obrera y socialista en el mundo árabe.

Como cuestión central, el proceso que derribó a Mubarak acentúa la crisis del mecanismo de control de la región por parte del imperialismo, asentada en tres pilares: el enclave militar israelí, el régimen egipcio y la petromonarquía saudí, con Jordania como el otro brazo de la “pinza árabe” contra los palestinos. Crisis que se da en el marco de la situación que el imperialismo vive en la región por su derrota militar y política en Irak y el curso cada vez más desfavorable de la guerra en Afganistán.

Se entiende, entonces, la desesperación del gobierno israelí de Benjamín Netanyahu frente al proceso revolucionario egipcio al reconocer, con inusual franqueza, que la aplicación de los acuerdos de paz con los países árabes y la propia existencia de Israel no habrían sido posibles sin Mubarak. Existencia que será mucho más difícil, y se verá amenazada, por la revolución árabe que da un salto en Egipto.

Finalmente, en medio de la crisis economía internacional y los ataques de gobiernos y patronales contra los trabajadores, la revolución egipcia, por sus características urbanas y laicas, basada en la juventud y la clase obrera, aparece como un modelo de lucha muy atractivo, incluso para los pueblos de los países imperialistas.

Por eso, más allá de sus saludos a la “lucha por la democracia”, la revolución egipcia y árabe significa “malas noticias para el imperialismo”. Busca acomodarse a esta nueva realidad a través del gobierno de Tantawi y la Junta Militar que, apoyado por las fuerzas burguesas como El Baradei y la Hermandad Musulmana, intenta aplicar una política de “transición ordenada” que consiga, a partir de algunas concesiones de una democracia burguesa restringida, contener la revolución, salvar la base esencial del actual régimen (el ejército) y dar continuidad de los acuerdos de paz con Israel.

Según Obama, la “transición” egipcia no acaba con la caída de Mubarak sino que recién se inicia. Desde un punto de vista de clase y con objetivos totalmente opuestos, decimos que las revoluciones egipcia y árabe no acaban con esa caída sino que ella es su primer escalón. Por eso, dedicamos los principales artículos de esta edición a analizar este proceso.

Incluimos también un importante dossier especial sobre la lucha contra la opresión de la mujer, a pocos días del 8 de marzo; artículos sobre Europa y la traición de las burocracias sindicales españolas; sobre la dinámica de la estructura económica brasileña; la derrota del gobierno boliviano de Evo Morales en el “gasolinazo”; la fundación una nueva central sindical en Paraguay y sus primeros pasos; un debate con la UIT (Unidad Internacional de los Trabajadores) sobre su política en la Venezuela gobernada por Hugo Chávez; la segunda parte del artículo dedicado a los 100 años de la revolución mexicana y, finalmente, sobre los avances en la construcción de las secciones de la LIT en Argentina y El Salvador.

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La inercia del gobierno puede aumentar la tragedia en Japón


Escrito por Jeferson Choma - PSTU
Viernes 25 de Marzo de 2011 01:11
Después del terremoto y los tsunamis, los japoneses están amenazados de sufrir un desastre nuclear.
El viernes 11 de marzo Japón fue sacudido por un de los mayores terremotos registrados en el mundo, llegando a una magnitud de 9 grados en la escala de Richter. Tras el terremoto el país sufrió también con un tsunami que devastó algunas ciudades de la costa nordeste del país. Las imágenes del tsunami destruyendo casas, carros, aviones y de una montaña de destrozos siendo arrastrados por la fuerza de las olas son impresionantes.Antes que nada, queremos enviar nuestro más profundo sentimiento de solidaridad a todos los japoneses y sus familiares. Por la intensidad del terremoto el desastre podría ser aún mayor, en el caso que se abatiese sobre otro país y no en el rico Japón. A efectos de comparación, el temblor que mató a más de 230 mil personas en Haití, en enero del 2010, fue 900 veces menor al japonés. O sea, si el mismo terremoto, seguido por un tsunami, ocurriese en algún país pobre como Haití o Indonesia, el número de víctimas ciertamente se contaría con centenas de miles. Es importante recordar que Indonesia y Sumatra ni siquiera fueron alertados del tsunami que devastó esos países en el 2004.Desastre nuclear
Sin embargo, la tragedia japonesa ahora amenaza transformarse en una gran catástrofe nuclear. La usina nuclear Fukushima 1, a cerca de 250 kilómetros al nordeste de Tokio, ha tenido por lo menos cinco explosiones por causa del terremoto y hay contaminación radiactiva alrededor de la planta. Otra planta que el gobierno decretó bajo estado de emergencia fue la de Onagawa.La posibilidad de un desastre nuclear sorprende a mucha gente, pues Japón siempre fue considerado un modelo de prevención de desastres naturales, con experiencia en sismos. Se gastan miles de millones en planeamiento para el desarrollo de tecnología para limitar los daños de temblores y tsunamis. La pregunta es: ¿cómo puede ser que el gobierno japonés haya dejado fuera de este planeamiento a las plantas nucleares? La respuesta a esa cuestión evidencia una gran negligencia de los gobernantes del país.Japón tiene 55 plantas de este tipo, fundamentales para alimentar una de las mayores economías capitalistas del mundo. Entre ellas está la mayor planta nuclear del mundo, la de Kashiwazaki-Kariwa. Por increíble que pueda parecer, esa planta fue construida sobre una falla geológica. En julio del 2007, la planta de Kashiwazaki-Kariwa estaba a 19 kilómetros del epicentro de un terremoto de 6.8 grados de magnitud en la escala de Richter, lo que causó algunos daños en la planta. Hoy, la planta se encuentra en funcionamiento, después de realizarse obras de reparación que costaron US$ 1,6 millones.Lo que las autoridades no dicen
Luego del anuncio del escape radiactivo en la planta nuclear de Fukushima, el balance de los hechos ya asusta. Más de 210 mil habitantes de la región donde queda la planta tuvieron que ser evacuados y otros 160 mil han sido puestos en cuarentena por las autoridades, que están en riesgo de contaminación por radiación. Una zona de exclusión aérea de 30 kilómetros de diámetro ya fue creada en la región. Dentro de ella, a los pobladores se les prohíbe salir de sus casas. A pesar de todo eso, el gobierno del país demoró en alertar sobre la gravedad de la situación.En un reportaje del periódico norteamericano The New York Times, especialistas ya habían alertado que la planta no estaba funcionando adecuadamente después del terremoto. Según este periódico, las cantidades de cesio (elemento químico radiactivo que, en contacto con el oxígeno, el calor y en plantas nucleares, se fusiona rápidamente) que fueron detectadas indicaban claramente que el combustible que alimenta la planta ya estaba damnificado. Así y todo, las autoridades japonesas se mantuvieron inertes por horas hasta que ordenaron la evacuación del área. Ahora entregan informaciones a cuentagotas a la población. Según informaciones del gobierno japonés, la planta ni fue planeada para aguantar temblores superiores a 7.9 grados en la escala de Richter, muy por debajo de la intensidad del terremoto que sacudió a Japón.“La situación se volvió tan crítica que no hay más, según parece, capacidad de hacer ingresar agua dulce para refrigerar al reactor y estabilizarlo y, ahora, como último recurso y extremo, recurren al agua del mar”, dijo Robert Alvarez, especialista en desarme nuclear del Instituto de Estudios Políticos de Washington. Pero, mientras el gobierno de Japón se apresta a calmar a la población, minimizando los impactos de la tragedia, continúan las explosiones alcanzando a los reactores de la planta. Todo indica que el accidente nuclear puede ser más grave de lo que dicen las autoridades japonesas.En el periódico español El País, André-Claude Lacoste, de la Autoridad de Seguridad Nuclear francesa, informó que el accidente en la planta nuclear de Fukushima está “más allá de Three Miles Island, sin llegar [al nivel de] Chernobyl”. La autoridad se refiere a los dos más importantes accidentes nucleares de la historia reciente.En 1979, el accidente de Three Miles Island, próximo a la ciudad de Harrisburg (Pensilvania, EEUU), alcanzó el nivel 5, esto es, un accidente con consecuencias de mayor alcance. Poco antes de divulgar su evaluación sobre el accidente nuclear en Japón, el gobierno de Francia orientó a sus ciudadanos a que se retiren inmediatamente del país. Para los franceses ese nivel ya fue alcanzado por el accidente de Fukushima I, y camina al nivel 6. La declaración contradice la versión oficial del gobierno japonés que hasta ahora calificó al accidente en nivel 4, con consecuencias y alcance locales.La escala de los niveles de gravedad con accidentes nucleares va hasta 7 (accidente grave), nivel que fue alcanzado únicamente por la catástrofe de la planta nuclear de Chernobyl, en Ucrania, en 1986. En esa época, el régimen stalinista de la Unión Soviética ocultó a todo el mundo y a la población ucraniana las reales consecuencias del desastre. Hasta hoy, no se sabe exactamente cuántas personas murieron.El terremoto en Japón fue la mayor tragedia del país registrada desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la tragedia puede ser aún peor debido a la falta de acción del gobierno. Invertir en plantas nucleares siempre fue peligroso, pero construirlas sobre fallas geológicas es más que una mera imprudencia: simboliza el desprecio de los gobernantes a miles de vidas y muestra la fragilidad de la operatividad de plantas de energía nuclear en el sistema capitalista.Fuente: www.pstu.org.br
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TERREMOTO EN JAPÓN Y ALARMA NUCLEAR

Francis Portocarrero

El mundo se ha conmocionado por una tragedia de alcances aún incalculables. Japón, la tercera economía del planeta, fue sacudido por el terremoto más fuerte de su historia este provocó un tsunami que arrasó con pueblos enteros.
Esta situación ha provocado naturalmente una ola mundial de solidaridad. Los socialistas y revolucionarios expresamos nuestra solidaridad con los trabajadores y pueblo japonés así como con los miles de inmigrantes que trabajan y viven en Japón.
Días después del devastador terremoto y tsunami se añade la explosión de reactores de energía nuclear en la localidad de Fukushima. El temor a un desastre nuclear de consecuencias imprevisibles se suma a las angustias que vive el pueblo japonés luego del terremoto y tsunami.
Japón posee más de 50 centrales nucleares. Diez fueron afectadas por el sismo y tres de ellas sufrieron daños graves. Especialmente crítica es la situación de la planta nuclear de Fukushima. Según expertos europeos las autoridades japonesas perdieron el control y califican de “apocalíptica” la situación. De acuerdo al francés, André-Claude Lacoste, presidente de la autoridad nuclear gala, la central de Fukushima alcanzó el nivel VI de alerta nuclear, el segundo más grave de la Escala Internacional de Sucesos Nucleares y Radiológicos, sin embargo las autoridades japonesas que se cuidan de no alarmar a la población, previendo los devastadores efectos que esto pudiera tener en su economía, la tercera del mundo, señalan que el nivel de alerta no supera el nivel IV, pero tuvieron que rectificarse y posteriormente elevaron a nivel V la alerta. El nivel máximo es VII. Al cierre de esta edición las autoridades japonesas prohibieron la venta de leche verduras y otros productos por encontrarse contaminada de radiactividad ¡¡!! La OMS afirmó el día 21 de marzo que algunos de los alimentos contaminados por la radiactividad liberada a la atmósfera han salido de las zonas de exclusión y control en torno a la central y señaló hace poco que la detección de radiación en alimentos, como leche y espinacas, y agua, registrada los últimos días es un problema “serio”, y “más grave” de lo que se pensaba.
Los reactores habrían iniciado su “fusión”, hecho que comenzó a liberar material radiactivo contaminando la tierra, al agua y la atmósfera. Ese es el terrible peligro y no sólo para Japón. Ya son cientos de miles de personas -alrededor de 600 mil- evacuadas de las zonas de peligro radiactivo y podrían ser muchas más.

La naturaleza vs. ciencia y tecnología en manos de las corporaciones
Si bien es cierto el terremoto y tsunami son accidentes de la naturaleza, en el tema nuclear es donde menos se le podemos echar la culpa a la “Madre Naturaleza”. Existe una responsabilidad humana, en este caso de las grandes corporaciones y el gobierno japonés. Ellos construyeron las centrales nucleares en un país que tiene el récord de terremotos. La palabra tsunami tiene origen japonés. Entonces las preocupantes noticias que llegan día a día deben hacernos reflexionar sobre los peligros que entraña el modo de vida capitalista que está basado en un modelo vida depredador de la naturaleza y la vida. La situación es tan grave pero los responsables políticos hacen lo posible por minimizar los hechos. El poder del lobby nuclear es tan grande que se prefiere proteger sus intereses corporativos antes que la salud de las personas, así sea de pueblos enteros.
No se trata de si cortamos de un plumazo con la dependencia de la tecnología nuclear, sino de una amplia discusión democrática mundial frente al uso y el control de la ciencia y tecnología hoy en manos de voraces capitalistas. El terremoto en Japón ha demostrado que las centrales nucleares en manos de grandes corporaciones y gobiernos capitalistas no son seguras.
Ahora, al menos por el momento, aquellos gobiernos y políticos que defendían el desarrollo de la energía atómica tanto en EEUU como en Europa dan marcha atrás al impulso de ambiciosos proyectos de construcción de más centrales nucleares. Sólo ahora dan marcha atrás solamente porque la opinión mundial está impactada con lo que sucede en Japón y buscan reacomodarse.
El desastre nuclear en Japón pone en evidencia claramente la decisión insana del gobierno y las corporaciones capitalistas de producir energía nuclear en un país con récord mundial de terremotos.
Obliga a preguntarse acerca del porvenir. Si el capitalismo continua dominando el mundo ¿qué nuevos desastres nos depara el futuro en un sistema cuya única motivación es la máxima ganancia para un puñado de corporaciones multimillonarias?
Esto nos lleva a cuestionar o preguntarnos ¿cómo desarrollar la tecnología y quienes deben detentar su control? Ese control debe darse a partir de un nuevo tipo de relaciones sociales basado en el dominio y control democrático de los trabajadores en lugar de estar bajo el control de un puñado de capitalistas. Los trabajadores no somos enemigos del desarrollo científico-tecnológico. Los desastres no los evitaremos volviendo la mirada hacia tecnologías del pasado, por el contrario creemos que la ciencia y tecnología se pondrán al servicio de la humanidad entera solamente a través de un salto revolucionario hacia adelante, con la mirada puesta en el futuro, en un futuro socialista.
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Protestas en Wisconsin contra recortes sociales y sindicales

Por Francis Portocarrero

Ante los estragos provocados por la crisis mundial, en EEUU a los republicanos y demócratas norteamericanos no se les ha ocurrido mejor idea que atacar a la clase obrera y la población con ajustes presupuestales antes que afectar a los grandes intereses económicos. Estos dos partidos compiten entre sí para ver quien lo hace mejor.
El gobernador republicano en Wisconsin se ha puesto a la cabeza.
Anteriormente Barak Obama presento un proyecto presupuestal con severos ajustes para el 2012 y ha ampliado la exoneración del pago de impuestos a los más ricos por dos años, por su parte los demócratas ya aprobaron la reducción del gasto público en California, Nueva York, Maryland y Colorado.
En el caso de Wisconsin, en manos de un republicano, el proyecto consiste en aumentar el pago del seguro médico, aumentar el pago del aporte jubilatorio de todos los trabajadores estatales, contempla la eliminación de los convenios colectivos. Pero no se detiene allí, tiene un trasfondo antisindical. Os ataques republicanos están enmarcados en un movimiento más general dirigido a quebrar las estructuras de organización de la clase trabajadora norteamericana. Iniciativas parecidas o incluso peores se impulsan en Michigan, Ohio, Indiana, Tenesse.
Escudado en la retórica ideológica de responsabilidad fiscal, Walker ha anunciado una serie de medidas drásticas para ‘balancear’ el presupuesto estatal.
En números concretos, un trabajador público en Wisconsin que aporta actualmente alrededor de 2.8% de su salario para el fondo de pensiones, tendría que aumentar este monto hasta el 5.8%; otro aporte del 6% de su salario va al seguro médico, la propuesta quiere aumentar a 12.6%. La propuesta también contempla la prohibición de participar en actos legales de protesta si el gobernador declara un “estado de emergencia”.

Las protestas se extienden por todo el país y generan amplio apoyo
Debido a las impresionantes manifestaciones multitudinarias Wisconsin se ha convertido, hoy, en el símbolo de la resistencia de la clase trabajadora estadounidense en contra de los recortes presupuestales y sindicales. Desde mediados de febrero decenas de miles de trabajadores de Wisconsin salieron a protestar contra este brutal ataque, generando la solidaridad de la población de los estudiantes, los bomberos incluso de los policías que se sumaron a las protestas.
El rechazo avanza en el país. La solidaridad se extendió rápidamente a 27 estados. Wisconsin es, además, cuna de AFCSM, uno de los sindicatos más grandes de funcionarios públicos y enfermeras del país.
A fines del mes de febrero se realizaron manifestaciones en todo Estados Unidos en apoyo a esta lucha y otra el 12 de marzo, ambas convocaron a decenas de miles. Después de muchísimo tiempo el pueblo organizado, los sindicatos locales, los empleados públicos entraron en una gran confrontación con huelgas y protestas que no se veían en mucho tiempo.
La situación ya registra un impacto a nivel nacional. 61% de los estadounidenses rechaza los ataques del gobernador republicano según encuestadora Gallup y el diario USA Today.
Por otra parte, también ha llegado el apoyo y la solidaridad de artistas, deportistas y referentes sociales.
El equipo de futbol americano “Green Bay Packers”, flamante campeón de la Super Bowl (la liga nacional) emitió un comunicado expresando su apoyo a los trabajadores y las protestas; varias iglesias también declararon su apoyo a esta lucha, como el reverendo Jesse Jackson, reconocido luchador por los derechos civiles. También apoya la protesta Tom Morello, vocalista y guitarrista del grupo de música Rage Against the Machine quien, en un acto, leyó una emotiva carta escrita por rebeldes egipcios dirigida a los trabajadores de Wisconsin y acusó al gobernador de aliarse con las grandes empresas para "tratar de eliminar los derechos fundamentales de los trabajadores estadounidenses". Noam Chomsky, famoso intelectual norteamericano, declaró: “tal vez es el inicio de lo que verdaderamente necesitamos aquí: un levantamiento por la democracia”.
El cineasta, documentalista y activista Michael Moore brindó su apoyo a las protestas y no duda que estos ataques son “una guerra de clases” y ha llamado a un nuevo movimiento pro democracia.
También manifestó su apoyo la activista antibelicista Cindy Sheehan quien señaló que en Estados Unidos "los trabajadores pagan el precio final".
En Estados Unidos se está procesando un vuelco en la conciencia de millones de trabajadores. Los trabajadores proyectan una concentración multitudinaria que aspiran llegue a medio millón de personas, integrada por residentes de varios estados, la cual tendrá lugar en Washington. No hay duda que estamos ante una lucha de clases y el despertar de un gigante, la clase obrera norteamericana.
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¡Abajo la Intervención Imperialista! ¡Abajo Gadafi! ¡Viva la Revolución Árabe!

El Consejo de Seguridad de la ONU ha votado una zona de exclusión aérea para Libia. Esa medida es parte de una respuesta reciente del imperialismo contra el proceso revolucionario en el Norte de África y en el conjunto del Medio Oriente. Para el imperialismo, el avance de la revolución árabe es una amenaza gravísima, pues puso en cuestión uno de los pilares centrales del orden mundial, el sitio donde están las fuentes de petróleo y gas más importantes del mundo y también puso en peligro la existencia del Estado de Israel, el gendarme militar del imperialismo en el Medio Oriente.

Frente al hecho de que las revoluciones no cesan, amenazando extenderse incluso a Arabia Saudita, el imperialismo ha decidido intervenir militarmente y contener el proceso a cualquier costo, antes de que pierda completamente el control. Por eso el imperialismo, después de una álgida discusión e indecisión, ha votado la intervención militar en Libia. La misma es una parte de un contraataque militar coordinado en varios frentes, asumiendo distintas formas, pero con el mismo objetivo.

En Bahrein, que es la sede de la Quinta Flota de Estados Unidos, frente a la ocupación de la Plaza principal de la capital, por parte de las masas, que amenazaban derribar la monarquía, y por la crisis del mismo ejército del emir, incapaz de reprimir a fondo, el imperialismo resolvió intervenir a través de las tropas de la monarquía saudita y de los Emiratos Árabes Unidos, ambos agentes incondicionales suyos. En Yemen, está estimulando la feroz represión del dictador Saleh, que tan sólo esta semana dejó más de 40 muertos.

La zona de exclusión aérea en Libia

En Libia, el imperialismo ha tomado la decisión de intervenir militarmente con sus propias fuerzas y bajo la cobertura de la ONU, decretando una zona de exclusión aérea que se convierte en una la licencia para la intervención militar. Eso significa que las fuerzas armadas del imperialismo a través de la OTAN están autorizadas a atacar cualquier instalación militar en Libia.

Pero ahí, preocupado por el profundo desgaste creado por sus intervenciones en Irak y la actual ocupación en Afganistán, el imperialismo norteamericano trató de buscar un amplio frente, en respaldo de su intervención militar, con los demás imperialismos, con Rusia y China, a través del Consejo de Seguridad de la ONU, incluso con la misma Liga Árabe. Para esto utilizó como excusa el genocidio desatado por Gadafi, visto por todo el mundo desde las pantallas de televisión, como masacres perpetradas por el dictador. Pero si fuera verdad ese motivo, cómo explicar que al mismo tiempo, el imperialismo apoya las monarquías de Arabia Saudita y Bahrein y al dictador de Yemen, que están reprimiendo y asesinando a los manifestantes de estos dos países.

¿A qué viene la intervención imperialista?

Por lo tanto, hay que ser claros, el pretexto de esa intervención militar, bajo el paraguas de la ONU, son las masacres de civiles que ejecuta Gadafi en Libia, pero la verdadera razón es, aprovechando la indignación generalizada contra Gadafi, volver a intervenir militarmente en forma directa en una región donde la revolución árabe está en pleno curso y reasegurar el control de la región en un punto álgido: Libia.

Es tal el grado de radicalización del enfrentamiento del pueblo libio contra Gadafi, que el imperialismo interviene para evitar que la guerra civil se extienda y para impedir que la revolución árabe se radicalice aún más, sea en el caso de victoria militar inmediata de Gadafi, que abriría la posibilidad de una guerra de guerrillas, o en el caso de una guerra civil prolongada en un país central para el suministro de petróleo y que podría generar movimientos de apoyo e incendiar todo el área.

Con el mismo cinismo con que lo apoyaron por años, que lo recibían en las capitales europeas con ceremonias de honor, ahora que la población se ha levantado en armas contra el dictador, las potencias imperialistas pasaron a otra táctica: quitarle el apoyo para imponer una salida que estabilice la situación e imponga sus intereses, como lo hacía con Gadafi, pero controlando la situación. Lo que cambió para el imperialismo no fue el hecho de que Gadafi pasó a masacrar civiles, fue que estalló una revolución y una insurrección armada contra el dictador apoyada por la mayoría de la población y el imperialismo necesita estabilizar la situación.

Pero existe una preocupación del gobierno de Obama con la situación política y el desgaste de Estados Unidos con las ocupaciones de Irak y Afganistán en la región que repercute fuertemente en Estados Unidos. Por eso trató, además de ampliar el frente imperialista, de buscar el apoyo de los pueblos árabes, y del libio en especial, para esa intervención. De ahí también la importancia de lograr el apoyo de la Liga Árabe para la decisión de decretar la zona de exclusión aérea.

La reacción de los insurrectos

Al inicio de la insurrección los rebeldes capturaron un helicóptero con oficiales ingleses que querían negociar con ellos, pero inmediatamente los expulsaron. Había una hostilidad clara al involucramiento del imperialismo en la lucha del pueblo libio. El imperialismo esperó a que cambiara esa situación, aprovechándose de una baja en el ánimo del pueblo libio por las masacres y derrotas militares que expresaron una superioridad de armamentos y equipamientos muy grande a favor de Gadafi. Frente a los comités populares con trabajadores sin experiencia en el manejo de las armas tomadas del ejército regular, están las Brigada Khamis, divisiones bien armadas y entrenadas que combaten por Gadafi.

El imperialismo se aprovechó de un momento, en la guerra civil, en que había una ofensiva de las tropas de Gadafi contra las ciudades liberadas por los rebeldes que habían perdido buena parte de sus conquistas y se sentían cercados. Eso generó una actitud de expectativa por ayuda externa por parte del pueblo libio amenazado por los masacres de Gadafi. Al contrario de los primeros momentos en que los comités populares rechazaban la intervención imperialista en pancartas y declaraciones, ahora hubo expresiones de apoyo popular a la intervención de la ONU, a la zona de exclusión aérea, que se reflejó incluso con pancartas en Bengazi.

Hay que denunciar a los dirigentes burgueses libios de la oposición que están llamando a apoyar las decisiones de la ONU, que en gran parte vienen del gobierno Gadafi, los cuales incluso llaman abiertamente a la intervención militar imperialista con tropas terrestres. Eso demuestra cómo están dispuestos a servir de agentes del imperialismo y a traicionar la revolución libia.

Desde la LIT estamos al lado de de la revolución libia contra Gadafi, a pesar de la posición proimperialista de varios dirigentes de la oposición. Y desde ahí queremos alertar a los manifestantes de Bengazi: esas tropas imperialistas una vez entran en Libia, van a ser los nuevos ocupantes del país, y la primera medida que van a tomar será desarmar a los comités populares para garantizar que el gobierno que quede en Libia atienda sus intereses. Incluso si entran con los cascos azules de la ONU su tarea será esa. Y quien se les oponga será reprimido por esas tropas.

La presencia de tropas extranjeras servirá para dar al imperialismo un control sobre Libia como el que impuso en Irak o Afganistán. La prueba la tenemos con su apoyo a la represión sangrienta en Bahrein y Yemen que tiene la misma razón de fondo: imponer una estabilización de acuerdo a sus intereses. Por eso estamos completamente en contra de esa intervención y llamamos los insurrectos a repudiarla y a combatir su presencia. La realidad plantea dos enemigos a combatir: Gadafi y el imperialismo que viene a controlar el país con un discurso humanitario y de "paz". Además, para el colmo, su intervención sirve de excusa a Gadafi para presentarse como víctima, y como 'defensor de la soberanía nacional'.

Dos polémicas

En este momento encontramos dos tipos de posiciones en la izquierda que hay que combatir duramente: Alrededor de Fidel Castro, Daniel Ortega y Chávez, los "amigos de Gadafi", se armó una posición que afirmaba que era necesario apoyar a Gadafi porque el imperialismo está contra él porque él es antiimperialista. Pero eso es completamente falso: el imperialismo ha sostenido a Gadafi, lo ha armado y entrenado en los últimos años. Además Gadafi ha dicho a los gobiernos imperialistas, reiterando durante los enfrentamientos, que él sí podría continuar garantizando los intereses del imperialismo respecto al petróleo, continuar combatiendo el terrorismo de Al Qaeda en colaboración con las potencias imperialistas y continuar colaborando como una policía avanzada de la Unión Europea, para impedir que los inmigrantes ilegales de África lleguen a Europa.

Gadafi, que en el pasado, al igual que la dirección cubana y la sandinista, tuvo serios enfrentamientos con el imperialismo (hoy es su socio) está reprimiendo sangrientamente esas movilizaciones, a tal punto que ha provocado una guerra civil.

Pero Fidel Castro, Hugo Chávez y Daniel Ortega están del lado del genocida Gadafi en esta guerra. Esos dirigentes que se dicen representantes de la izquierda siguen defendiendo a un carnicero que era amigo del imperialismo. Llegan a negar o dudar (hablan de guerra mediática) que hubiera habido ataques contra los civiles y masacres que fueron vistas en todos los medios de la prensa mundial, por internet, y las fotos transmitidas, etc. Pero el mismo Gadafi lo confirmó con su comentario cínico de que "hacía lo mismo que Israel en Gaza", es decir, masacres genocidas contra la población civil. El hecho es que fue Gadafi y su práctica genocida quien le dio argumentos al imperialismo para intervenir militarmente.

Algunos defensores de este tipo de posición salen a decir que la decisión del Consejo de Seguridad confirma su análisis, pero hay que ver más allá de las apariencias: si ahora todos los imperialismos resuelven intervenir, con el beneplácito de Rusia y China, es justamente para garantizar los acuerdos que tenían con Gadafi y que él por más que se disponga ya no es una garantía.

La otra posición en la izquierda es una grave capitulación al imperialismo: nos referimos a aquellos que saludan la intervención del imperialismo por ser "en defensa de los civiles" o para parar la masacre". Algunos se limitan a apoyar la zona de exclusión aérea ya aprobada, otros incluso apoyan que el imperialismo intervenga con tropas de paz: esos sectores confían en que las tropas de la ONU son la paz. El argumento en general es que para frenar la masacre es necesario apelar a las instituciones internacionales. Quien propone como salida la intervención imperialista se olvida del rol de la ONU en Afganistán, en Palestina, en Irak y en todas las ocupaciones supuestamente "humanitarias". Son aquellos que ven en Obama un rostro humano por más que continúe ocupando Afganistán e Irak y bombardeando Pakistán.

Esa posición es tan nefasta que lleva a que los trabajadores apoyen una intervención imperialista en Libia que va ser la base para la ocupación y la opresión del pueblo libio y un punto de avanzada para atacar el conjunto de la revolución árabe. Al contrario, es necesario que en los países imperialistas se haga una fuerte campaña contra el envío de tropas, desmontando la campaña que están haciendo para justificar su intervención militar, y movilizándonos contra los gobiernos que participan de los planes de ocupación.

La salida: la revolución árabe

La intervención militar imperialista es para enterrar la revolución: el campo de la revolución tiene que enfrentar esta intervención. Por su parte el nuevo ocupante reprimirá a todo aquél que se le oponga.

A las masas libias tenemos que recordarles que su revolución es parte de la revolución árabe y por eso cuenta con un gran apoyo en Norte de África, Medio Oriente y de los trabajadores de todo el mundo, en especial de Europa, donde la relación es muy estrecha por la presencia de una fuerte comunidad inmigrante árabe y del Norte de África. Ahí entre los trabajadores y el pueblo están las fuentes de apoyo que se deben buscar. Pero es necesario transformar esa solidaridad, con la que cuenta la revolución libia en todo el mundo árabe, en fuerza de combate para derrotar a Gadafi por la acción de masas de toda la región, la más amplia posible. Hay que llamar a la solidaridad más amplia con la revolución. En los países árabes hay una primera tarea que es exigir que sus gobiernos retiren el apoyo a la intervención imperialista aprobada por la Liga Árabe. Hay que llamar a la solidaridad activa de las masas árabes a través del envío de armas y voluntarios para combatir a esa dictadura asesina.

En particular en los países donde la revolución ha tenido un fuerte desarrollo y que son vecinos de Libia, como Egipto y Túnez, es necesario denunciar esos gobiernos por sus posición actual y exigir que retiren el apoyo a la intervención votada por la Liga Árabe, y que rompan con el dictador Gadafi facilitando el envío de apoyo en alimentos, remedios y armas a los insurrectos.

El ejemplo de la guerra civil española y de la nicaragüense, para derribar a Somoza, demostró que cuando se trata de una guerra civil entre dos bandos, donde de un lado está una dictadura asesina y de otro el pueblo en armas, es posible que activistas de todo el mundo se sumen para combatir del lado de la revolución, como brigadas internacionalistas de apoyo. En especial en el mundo árabe, que vive una revolución, es posible organizar miles y miles de trabajadores y jóvenes para que vayan a luchar contra esa dictadura sanguinaria. Esa organización va en contra y debe estar lista a combatir cualquier intervención imperialista que intente dominar el país y que va a aplastar la insurrección.

También es urgente el apoyo a la revolución en Bahrein y Yemen. La revolución árabe es un proceso único, el resultado de cada uno influirá en el desenlace del conjunto. El futuro de la revolución egipcia, y tunecina se juega también allí.

¡No a la intervención imperialista!

¡No a la zona de exclusión aérea bajo auspicios de la ONU!

¡No al envío de tropas imperialistas a Libia, sean de la ONU, la OTAN o de los países!

¡Fuera las tropas sauditas y de los Emiratos, de Bahrein!

¡Abajo Gadafi! Todo el apoyo a la insurrección libia!

¡Abajo la monarquía de Bahrein, la dictadura de Yemen y todas las dictaduras

árabes!

¡Todo apoyo a la revolución en Yemen y Bahrein!

¡Viva la revolución árabe!

Liga Internacional de los Trabajadores

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Gadafi intensifica la represión contra rebeldes en Libia


Escrito por PSTU - Brasil
Martes 15 de Marzo de 2011 01:26
En medio de la guerra de informaciones entre el dictador libio Muammar Gadafi y sus opositores, lo que se puede dar por cierto en los últimos días es que el gobierno emprende una dura contra-ofensiva, pretendiendo sofocar el levantamiento bajo una brutal represión. Con mercenarios extranjeros y grupos paramilitares, todo indica que el dictador consiguió contener el avance de los insurrectos a la capital Trípoli y, en el momento en que Gadafi se vio cercado, inició una ofensiva para recuperar las ciudades tomadas por la oposición.

Ese día 9 los combates se concentraron principalmente en las ciudades de Zawiyah, cerca de la capital, y en la petrolera Ras Lanuf. En Zawiyah, que queda a 40 kilómetros de Trípoli, las fuerzas de Gadafi avanzaron con tanques y se enfrentaron a los rebeldes en el centro de la ciudad. Uno de los revolucionarios afirmó al periódico portugués Público que la represión de la dictadura de Gadafi dejó incontables muertos. “Ellos atacaron desde la mañana hasta la noche. Las calles están llenas de cuerpos”, afirmó.

Ya Ras Lanuf, donde está una de las mayores refinerías de petróleo del país, volvió a ser blanco de bombardeos por los aviones de Gadafi. Los ataques destruyeron el sistema de abastecimiento de agua de la ciudad, además de haber dejado muertos y heridos. “Vimos los aviones en el cielo y oímos explosiones muy grandes y mucho humo; nuestra gente intentó ir allá, pero no lo consiguió, oímos que hay muertos y heridos”, afirmó el rebelde Khaled Kwafi al canal árabe Al Jazeera. Hubo también bombardeos en otras regiones del país.

Impasse

Las movilizaciones de masas que comenzaron hace 20 días contra la dictadura de Gadafi, quien tiene 41 años en el poder, tomaron forma de guerra civil frente a la brutal represión del gobierno. De un lado están los rebeldes, que tomaron gran parte del Este del país. Cuentan con varios destacamentos del Ejército libio que desertaron y que pasaron al lado de la resistencia, además de armas robadas de depósitos del gobierno.

Del otro lado, sin embargo, el dictador se mantiene en la capital y tiene a su lado parte del Ejército, mercenarios extranjeros y grupos paramilitares fuertemente armados. La fuerza bélica de Gadafi permite que el dictador, por tierra, interrumpa el avance de los rebeldes y, por aire, bombardee las regiones ya plenamente conquistadas por los revolucionarios. A lo que todo indica, sin embargo, el dictador parece no contar con un contingente de hombres capaz de recuperar las ciudades perdidas y mantenerlas ocupadas.

Los rebeldes, por su parte, son obligados a combatir con armamento rebasado y, constituidos en su gran mayoría por civiles, sufren de poca preparación militar para una guerra contra el dictador. A pesar de eso, desempeñan impresionantes demostraciones de heroísmo, muchas veces adolescentes enfrentando la artillería pesada de Gadafi a pecho descubierto y, si tienen mucho, con una kalashnikov en las manos.

Estrategias de Gadafi

Muammar Gadafi intenta por todas las formas posibles contener la revuelta. Incontables relatos a la prensa revelan bombardeos sobre civiles y la utilización de escudos humanos durante los ataques contra los rebeldes. Los heridos y muertos dilacerados por las fuerzas de Gadafi demuestran el poder de fuego empeñado contra los rebeldes.

Ante la población libia, Gadafi viene denunciando un supuesto plan imperialista para recolonizar el país, encabezado por las principales potencias. Intenta así aprovechar el sentimiento antiimperialista para unificar al país de su lado. Hacia fuera, sin embargo, el discurso cambia completamente.

En entrevista al canal francés TELE France 24, ese día 7, el dictador afirmó que Libia tenía “un papel para la estabilidad internacional”, refiriéndose al combate a la red terrorista Al Qaeda. Afirmó también que su país cumplía un papel de contener la inmigración de africanos a Europa, diciendo que “se espera que Libia impida que miles de negros atraviesen el Mediterráneo para ir a Europa, a Italia o a Francia”.

Mientras tanto el recién creado Consejo Nacional de Libia, especie de gobierno provisional de los rebeldes, se divide en relación al que hacer con Gadafi. Mientras su presidente Mustafá Abdel Jalil, ex-ministro del dictador, dio todas las garantías a Gadafi en caso de que él renuncie, redimiéndolo incluso de cualquier investigación sobre sus crímenes, el portavoz del Consejo, Abdelhafiz Ghoga, rechazó cualquier tipo de negociación mientras el dictador continúe en el poder.

Imperialismo

El avance de los rebeldes sobre la capital libia ya había provocado la amenaza de invasión por el imperialismo, capitaneado por los EUA. Propagandeando el peligro de una “guerra civil prolongada”, el país desplazó dos navíos de guerra con miles de marines hacia la costa de Libia. Ahora, con el impasse entre rebeldes y Gadafi, se discute abiertamente la posibilidad de una intervención directa en Libia.

Aunque algunos sectores rebeldes defiendan una “zona de exclusión aérea”, las masas libias ya dieron varias demostraciones de rechazo a cualquier tipo de intervención. Ya los EUA y Europa ven con preocupación la prolongación de una situación de inestabilidad en una región exportadora de gas y petróleo. O peor, la victoria de los rebeldes y la formación de un gobierno que rompa con la orientación pro-imperialista llevada por Gadafi en la última década.

Si la posibilidad de una invasión norteamericana parece distante, por un lado, debido al desgaste de la ocupación militar en Irak y Afganistán, por otro la detención de soldados británicos por fuerzas rebeldes en Libia demuestra que la amenaza puede estar mucho más cercana de lo que parece.

El día 6 de marzo fue revelado que siete soldados británicos de élite y un diplomático fueron detenidos por soldados rebeldes en Libia. Clandestinos en el país, fueron arrestados y expulsados. El gobierno inglés intentó justificarlos afirmando que se trataba de una “misión diplomática”.
Fuente: website del PSTU
Traducción: Jessica Barquero


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¡Contra la amenaza de intervención militar! ¡Apoyo a la insurrección del pueblo libio!


Escrito por Corriente Roja
Martes 15 de Marzo de 2011 01:31
Declaración de Corriente Roja
Ante la insurrección del pueblo libio contra el régimen de Gadafi y la acumulación de datos sobre un más que previsible ataque de la OTAN a LibiaCorriente Roja declara:
1.- Que la intervención militar de la OTAN (y eso son las acciones para establecer una zona de exclusión aérea y/o corredores militares desde Egipto y Tunez) constituye una ofensiva imperialista que tiene un doble objetivo: el expolio directo de los recursos energéticos de Libia y garantizar que el saldo final de los levantamientos populares que están recorriendo los países árabes no escape del control del imperialismo euro-estadounidense y sionista.

2.- Que el rechazo inequívoco de la represión ejercida por el gobierno libio contra las movilizaciones populares no debe impedir que los pueblos nos mantengamos alerta ante la propaganda de guerra que los medios controlados por el imperialismo desatan invariablemente antes de sus intervenciones militares.

3.- Que quienes han sido y son responsables de crímenes contra la humanidad en todos aquellos países en los que entienden que sus intereses – es decir, los de sus grandes multinacionales – no están garantizados, llevando a cabo invasiones, golpes de estado y millones de civiles muertos, carecen absolutamente de credibilidad para hablar de Derechos Humanos. Si lo hacen, como ahora y como lo han hecho antes en otros países, debemos entenderlo como un intento de confundir y bloquear la capacidad de respuesta de los pueblos.

4.- Que el Gobierno del PSOE, que ha declarado estar de acuerdo con la intervención de la OTAN y dispuesto a apoyarla, muestra la sumisión del lacayo ante los intereses de EE.UU. y pone de manifiesto – en este como en otros ámbitos- que ha acabado con cualquier vestigio de dignidad e independencia.

5.- Entendemos que es el pueblo libio el que detenta la responsabilidad histórica de acabar con el régimen de Gadafi, que en los últimos años se ha convertido en un fiel aliado del imperialismo en la esfera internacional y ha aplicado políticas privatizadoras dictadas por los organismos internacionales contra los intereses de las clases populares libias. Un ataque de la OTAN – con o sin Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU - constituye una vulneración flagrante del Derecho Internacional y un crimen de guerra contra su población.

6.- Que los pueblos del mundo debemos movilizarnos contra la intervención imperialista ejecutada por la OTAN, por el derecho a la autodeterminación de los pueblos y contra el régimen de Gadafi, con el objetivo de impedir – en primer lugar – cualquier apoyo directo o indirecto del Gobierno español a la agresión imperialista.

7. Manifestamos nuestro apoyo al levantamiento del pueblo libio para derrocar al régimen de Gadafi, en el marco de las revoluciones de los pueblos árabes contra los gobiernos proimperialistas y corruptos. El armamento de los trabajadores y las clases populares libias, y el surgimiento de una dirección política que se oponga firmemente a las injerencias de las potencias imperialistas y que sepa desarrollar hasta sus últimas consecuencias una estrategia de insurrección armada contra el régimen de Gadafi, son la única garantía de que el pueblo libio pueda conquistar la total soberanía nacional, la democracia, la libertad, y la posibilidad de avanzar hacia el socialismo.

Coordinadora Estatal de Corriente Roja

10 de marzo de 2011
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8 de marzo ¡la lucha de la mujer trabajadora!

El Día de la Mujer Trabajadora sólo tiene sentido, si las mujeres pobres nos organizamos y luchamos por construir una sociedad distinta”.

El 8 de marzo está íntimamente vinculado a las luchas del movimiento obrero internacional; Es una fecha para el análisis de las condiciones de explotación y opresión a las que estamos sometidas las mujeres trabajadoras en ésta sociedad explotadora.

Hace más de 150 años, un 8 de marzo de 1857, obreras textiles de Nueva York salieron a las calles para protestar contra las pésimas condiciones de trabajo y los salarios miserables. Estaban, reunidas en el interior de la fábrica, cuando fueron sorprendidas por un acto criminal de los patrones, que dieron la orden de incendiar el local en donde murieron carbonizadas 129 mujeres.

¿CÓMO VIVIMOS LAS MUJERES DE HOY?

Históricamente las mujeres a través de las luchas obtuvieron grandes conquistas. Sin embargo el problema de la mujer trabajadora, campesina e indígena del mundo, sigue latente. Es así que en el mundo las mujeres somos el 70% de los 1.300 millones de pobres; En la educación, 2/3 de los 876 millones de analfabetos del mundo son mujeres, A nivel de la salud, cada año mueren en el mundo más de medio millón de mujeres como consecuencia del embarazo y el parto, lo que está directamente relacionado al nivel de pobreza. A eso habría que sumarle el rol que juega la mujer en el trabajo domestico y la violencia familiar que carga sobre sus hombros.

Los datos son indicadores de las condiciones de pobreza y miseria en que las mujeres vivimos dentro de este sistema capitalista. A pesar de ello la historia nos da un ejemplo de que el socialismo como forma de vida logró resolver los problemas más neurálgicos de las mujeres, esto se materializó a través de la revolución rusa.

LA REVOLUCIÓN RUSA Y LA MUJER

Por primera vez en el mundo con la revolución rusa , un país tomaba medidas concretas para alcanzar la equidad entre mujeres y varones, alcanzando logros importantes , por ejemplo en el ámbito económico se logro que el salario femenino sea igual al salario masculino, en la vida familiar se logró el derecho al divorcio así mismo la equitativa repartición de bienes sin preferencia por sexo, se crearon guarderías gratuitas en los centros de trabajo, en al ámbito social se trabajo para atacar las causas de la prostitución. De esta forma mejoraron las condiciones de vida y trato para las mujeres. Fué así que Rusia se consagro como uno de los primeros países en el mundo en implementar este tipo de leyes para crear mejores condiciones de vida para las mujeres.

LA MUJER EN EL PERÚ

La historia peruana nos muestra, el papel importante que jugaron las mujeres, primero en los grandes levantamientos indígenas de la sierra, formando milicias con todas las comunidades explotadas por los españoles. Recordemos también las heroicas guerras por la independencia en la que las madres de familia de la clase obrera tuvieron un papel preponderante en contra de la explotación represión colonial.

En la actualidad, en nuestro país aún persiste la opresión hacia la mujer, es así que en lo laboral, la mujer trabajadora percibe un ingreso salarial 19,4% más bajo que el de los hombres de la misma edad y nivel de educación. Más de 300 mil niños (hombres y mujeres) no asisten a la escuela en zonas rurales. Más del 20% (casi 600,000) de las mujeres adultas rurales no han asistido a la escuela y no presentan ningún nivel educativo. Se ha prohibido la distribución gratuita a nivel nacional de la Anticoncepción Oral de Emergencia en los servicios públicos de Salud, sin considerar que es una alternativa que favorece a miles de peruanas y que ésta puede ser utilizada en situaciones extremas en casos de embarazo producto de una violación sexual, esto avalado por la iglesia y sectores retrógrados de nuestra sociedad. Y la tasa de violencia familiar que durante el 2010, se registraron 91,929 denuncias por violencia familiar, en las que el 88.67% (81,517 casos) de las víctimas son mujeres, esto a vista y paciencia de las instituciones estatales competentes, como la DEMUNA.

Este 8 de marzo En el Día de la Mujer Trabajadora hay un sin número de problemas que nombrar y por los cuales las mujeres debemos organizarnos para luchar y conquistar nuestras reivindicaciones y construir una sociedad justa e igualitaria que nos permita a todas las mujeres desarrollarnos en mejores condiciones de vida.

El Día de la Mujer Trabajadora sólo tiene sentido, si las mujeres pobres nos organizamos y luchamos por construir una sociedad distinta.

¡Viva la mujer trabajadora campesina e indígena!

¡Por la revolución socialista!

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