¡Abajo la Intervención Imperialista! ¡Abajo Gadafi! ¡Viva la Revolución Árabe!

El Consejo de Seguridad de la ONU ha votado una zona de exclusión aérea para Libia. Esa medida es parte de una respuesta reciente del imperialismo contra el proceso revolucionario en el Norte de África y en el conjunto del Medio Oriente. Para el imperialismo, el avance de la revolución árabe es una amenaza gravísima, pues puso en cuestión uno de los pilares centrales del orden mundial, el sitio donde están las fuentes de petróleo y gas más importantes del mundo y también puso en peligro la existencia del Estado de Israel, el gendarme militar del imperialismo en el Medio Oriente.

Frente al hecho de que las revoluciones no cesan, amenazando extenderse incluso a Arabia Saudita, el imperialismo ha decidido intervenir militarmente y contener el proceso a cualquier costo, antes de que pierda completamente el control. Por eso el imperialismo, después de una álgida discusión e indecisión, ha votado la intervención militar en Libia. La misma es una parte de un contraataque militar coordinado en varios frentes, asumiendo distintas formas, pero con el mismo objetivo.

En Bahrein, que es la sede de la Quinta Flota de Estados Unidos, frente a la ocupación de la Plaza principal de la capital, por parte de las masas, que amenazaban derribar la monarquía, y por la crisis del mismo ejército del emir, incapaz de reprimir a fondo, el imperialismo resolvió intervenir a través de las tropas de la monarquía saudita y de los Emiratos Árabes Unidos, ambos agentes incondicionales suyos. En Yemen, está estimulando la feroz represión del dictador Saleh, que tan sólo esta semana dejó más de 40 muertos.

La zona de exclusión aérea en Libia

En Libia, el imperialismo ha tomado la decisión de intervenir militarmente con sus propias fuerzas y bajo la cobertura de la ONU, decretando una zona de exclusión aérea que se convierte en una la licencia para la intervención militar. Eso significa que las fuerzas armadas del imperialismo a través de la OTAN están autorizadas a atacar cualquier instalación militar en Libia.

Pero ahí, preocupado por el profundo desgaste creado por sus intervenciones en Irak y la actual ocupación en Afganistán, el imperialismo norteamericano trató de buscar un amplio frente, en respaldo de su intervención militar, con los demás imperialismos, con Rusia y China, a través del Consejo de Seguridad de la ONU, incluso con la misma Liga Árabe. Para esto utilizó como excusa el genocidio desatado por Gadafi, visto por todo el mundo desde las pantallas de televisión, como masacres perpetradas por el dictador. Pero si fuera verdad ese motivo, cómo explicar que al mismo tiempo, el imperialismo apoya las monarquías de Arabia Saudita y Bahrein y al dictador de Yemen, que están reprimiendo y asesinando a los manifestantes de estos dos países.

¿A qué viene la intervención imperialista?

Por lo tanto, hay que ser claros, el pretexto de esa intervención militar, bajo el paraguas de la ONU, son las masacres de civiles que ejecuta Gadafi en Libia, pero la verdadera razón es, aprovechando la indignación generalizada contra Gadafi, volver a intervenir militarmente en forma directa en una región donde la revolución árabe está en pleno curso y reasegurar el control de la región en un punto álgido: Libia.

Es tal el grado de radicalización del enfrentamiento del pueblo libio contra Gadafi, que el imperialismo interviene para evitar que la guerra civil se extienda y para impedir que la revolución árabe se radicalice aún más, sea en el caso de victoria militar inmediata de Gadafi, que abriría la posibilidad de una guerra de guerrillas, o en el caso de una guerra civil prolongada en un país central para el suministro de petróleo y que podría generar movimientos de apoyo e incendiar todo el área.

Con el mismo cinismo con que lo apoyaron por años, que lo recibían en las capitales europeas con ceremonias de honor, ahora que la población se ha levantado en armas contra el dictador, las potencias imperialistas pasaron a otra táctica: quitarle el apoyo para imponer una salida que estabilice la situación e imponga sus intereses, como lo hacía con Gadafi, pero controlando la situación. Lo que cambió para el imperialismo no fue el hecho de que Gadafi pasó a masacrar civiles, fue que estalló una revolución y una insurrección armada contra el dictador apoyada por la mayoría de la población y el imperialismo necesita estabilizar la situación.

Pero existe una preocupación del gobierno de Obama con la situación política y el desgaste de Estados Unidos con las ocupaciones de Irak y Afganistán en la región que repercute fuertemente en Estados Unidos. Por eso trató, además de ampliar el frente imperialista, de buscar el apoyo de los pueblos árabes, y del libio en especial, para esa intervención. De ahí también la importancia de lograr el apoyo de la Liga Árabe para la decisión de decretar la zona de exclusión aérea.

La reacción de los insurrectos

Al inicio de la insurrección los rebeldes capturaron un helicóptero con oficiales ingleses que querían negociar con ellos, pero inmediatamente los expulsaron. Había una hostilidad clara al involucramiento del imperialismo en la lucha del pueblo libio. El imperialismo esperó a que cambiara esa situación, aprovechándose de una baja en el ánimo del pueblo libio por las masacres y derrotas militares que expresaron una superioridad de armamentos y equipamientos muy grande a favor de Gadafi. Frente a los comités populares con trabajadores sin experiencia en el manejo de las armas tomadas del ejército regular, están las Brigada Khamis, divisiones bien armadas y entrenadas que combaten por Gadafi.

El imperialismo se aprovechó de un momento, en la guerra civil, en que había una ofensiva de las tropas de Gadafi contra las ciudades liberadas por los rebeldes que habían perdido buena parte de sus conquistas y se sentían cercados. Eso generó una actitud de expectativa por ayuda externa por parte del pueblo libio amenazado por los masacres de Gadafi. Al contrario de los primeros momentos en que los comités populares rechazaban la intervención imperialista en pancartas y declaraciones, ahora hubo expresiones de apoyo popular a la intervención de la ONU, a la zona de exclusión aérea, que se reflejó incluso con pancartas en Bengazi.

Hay que denunciar a los dirigentes burgueses libios de la oposición que están llamando a apoyar las decisiones de la ONU, que en gran parte vienen del gobierno Gadafi, los cuales incluso llaman abiertamente a la intervención militar imperialista con tropas terrestres. Eso demuestra cómo están dispuestos a servir de agentes del imperialismo y a traicionar la revolución libia.

Desde la LIT estamos al lado de de la revolución libia contra Gadafi, a pesar de la posición proimperialista de varios dirigentes de la oposición. Y desde ahí queremos alertar a los manifestantes de Bengazi: esas tropas imperialistas una vez entran en Libia, van a ser los nuevos ocupantes del país, y la primera medida que van a tomar será desarmar a los comités populares para garantizar que el gobierno que quede en Libia atienda sus intereses. Incluso si entran con los cascos azules de la ONU su tarea será esa. Y quien se les oponga será reprimido por esas tropas.

La presencia de tropas extranjeras servirá para dar al imperialismo un control sobre Libia como el que impuso en Irak o Afganistán. La prueba la tenemos con su apoyo a la represión sangrienta en Bahrein y Yemen que tiene la misma razón de fondo: imponer una estabilización de acuerdo a sus intereses. Por eso estamos completamente en contra de esa intervención y llamamos los insurrectos a repudiarla y a combatir su presencia. La realidad plantea dos enemigos a combatir: Gadafi y el imperialismo que viene a controlar el país con un discurso humanitario y de "paz". Además, para el colmo, su intervención sirve de excusa a Gadafi para presentarse como víctima, y como 'defensor de la soberanía nacional'.

Dos polémicas

En este momento encontramos dos tipos de posiciones en la izquierda que hay que combatir duramente: Alrededor de Fidel Castro, Daniel Ortega y Chávez, los "amigos de Gadafi", se armó una posición que afirmaba que era necesario apoyar a Gadafi porque el imperialismo está contra él porque él es antiimperialista. Pero eso es completamente falso: el imperialismo ha sostenido a Gadafi, lo ha armado y entrenado en los últimos años. Además Gadafi ha dicho a los gobiernos imperialistas, reiterando durante los enfrentamientos, que él sí podría continuar garantizando los intereses del imperialismo respecto al petróleo, continuar combatiendo el terrorismo de Al Qaeda en colaboración con las potencias imperialistas y continuar colaborando como una policía avanzada de la Unión Europea, para impedir que los inmigrantes ilegales de África lleguen a Europa.

Gadafi, que en el pasado, al igual que la dirección cubana y la sandinista, tuvo serios enfrentamientos con el imperialismo (hoy es su socio) está reprimiendo sangrientamente esas movilizaciones, a tal punto que ha provocado una guerra civil.

Pero Fidel Castro, Hugo Chávez y Daniel Ortega están del lado del genocida Gadafi en esta guerra. Esos dirigentes que se dicen representantes de la izquierda siguen defendiendo a un carnicero que era amigo del imperialismo. Llegan a negar o dudar (hablan de guerra mediática) que hubiera habido ataques contra los civiles y masacres que fueron vistas en todos los medios de la prensa mundial, por internet, y las fotos transmitidas, etc. Pero el mismo Gadafi lo confirmó con su comentario cínico de que "hacía lo mismo que Israel en Gaza", es decir, masacres genocidas contra la población civil. El hecho es que fue Gadafi y su práctica genocida quien le dio argumentos al imperialismo para intervenir militarmente.

Algunos defensores de este tipo de posición salen a decir que la decisión del Consejo de Seguridad confirma su análisis, pero hay que ver más allá de las apariencias: si ahora todos los imperialismos resuelven intervenir, con el beneplácito de Rusia y China, es justamente para garantizar los acuerdos que tenían con Gadafi y que él por más que se disponga ya no es una garantía.

La otra posición en la izquierda es una grave capitulación al imperialismo: nos referimos a aquellos que saludan la intervención del imperialismo por ser "en defensa de los civiles" o para parar la masacre". Algunos se limitan a apoyar la zona de exclusión aérea ya aprobada, otros incluso apoyan que el imperialismo intervenga con tropas de paz: esos sectores confían en que las tropas de la ONU son la paz. El argumento en general es que para frenar la masacre es necesario apelar a las instituciones internacionales. Quien propone como salida la intervención imperialista se olvida del rol de la ONU en Afganistán, en Palestina, en Irak y en todas las ocupaciones supuestamente "humanitarias". Son aquellos que ven en Obama un rostro humano por más que continúe ocupando Afganistán e Irak y bombardeando Pakistán.

Esa posición es tan nefasta que lleva a que los trabajadores apoyen una intervención imperialista en Libia que va ser la base para la ocupación y la opresión del pueblo libio y un punto de avanzada para atacar el conjunto de la revolución árabe. Al contrario, es necesario que en los países imperialistas se haga una fuerte campaña contra el envío de tropas, desmontando la campaña que están haciendo para justificar su intervención militar, y movilizándonos contra los gobiernos que participan de los planes de ocupación.

La salida: la revolución árabe

La intervención militar imperialista es para enterrar la revolución: el campo de la revolución tiene que enfrentar esta intervención. Por su parte el nuevo ocupante reprimirá a todo aquél que se le oponga.

A las masas libias tenemos que recordarles que su revolución es parte de la revolución árabe y por eso cuenta con un gran apoyo en Norte de África, Medio Oriente y de los trabajadores de todo el mundo, en especial de Europa, donde la relación es muy estrecha por la presencia de una fuerte comunidad inmigrante árabe y del Norte de África. Ahí entre los trabajadores y el pueblo están las fuentes de apoyo que se deben buscar. Pero es necesario transformar esa solidaridad, con la que cuenta la revolución libia en todo el mundo árabe, en fuerza de combate para derrotar a Gadafi por la acción de masas de toda la región, la más amplia posible. Hay que llamar a la solidaridad más amplia con la revolución. En los países árabes hay una primera tarea que es exigir que sus gobiernos retiren el apoyo a la intervención imperialista aprobada por la Liga Árabe. Hay que llamar a la solidaridad activa de las masas árabes a través del envío de armas y voluntarios para combatir a esa dictadura asesina.

En particular en los países donde la revolución ha tenido un fuerte desarrollo y que son vecinos de Libia, como Egipto y Túnez, es necesario denunciar esos gobiernos por sus posición actual y exigir que retiren el apoyo a la intervención votada por la Liga Árabe, y que rompan con el dictador Gadafi facilitando el envío de apoyo en alimentos, remedios y armas a los insurrectos.

El ejemplo de la guerra civil española y de la nicaragüense, para derribar a Somoza, demostró que cuando se trata de una guerra civil entre dos bandos, donde de un lado está una dictadura asesina y de otro el pueblo en armas, es posible que activistas de todo el mundo se sumen para combatir del lado de la revolución, como brigadas internacionalistas de apoyo. En especial en el mundo árabe, que vive una revolución, es posible organizar miles y miles de trabajadores y jóvenes para que vayan a luchar contra esa dictadura sanguinaria. Esa organización va en contra y debe estar lista a combatir cualquier intervención imperialista que intente dominar el país y que va a aplastar la insurrección.

También es urgente el apoyo a la revolución en Bahrein y Yemen. La revolución árabe es un proceso único, el resultado de cada uno influirá en el desenlace del conjunto. El futuro de la revolución egipcia, y tunecina se juega también allí.

¡No a la intervención imperialista!

¡No a la zona de exclusión aérea bajo auspicios de la ONU!

¡No al envío de tropas imperialistas a Libia, sean de la ONU, la OTAN o de los países!

¡Fuera las tropas sauditas y de los Emiratos, de Bahrein!

¡Abajo Gadafi! Todo el apoyo a la insurrección libia!

¡Abajo la monarquía de Bahrein, la dictadura de Yemen y todas las dictaduras

árabes!

¡Todo apoyo a la revolución en Yemen y Bahrein!

¡Viva la revolución árabe!

Liga Internacional de los Trabajadores

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