Protestas en Wisconsin contra recortes sociales y sindicales

Por Francis Portocarrero

Ante los estragos provocados por la crisis mundial, en EEUU a los republicanos y demócratas norteamericanos no se les ha ocurrido mejor idea que atacar a la clase obrera y la población con ajustes presupuestales antes que afectar a los grandes intereses económicos. Estos dos partidos compiten entre sí para ver quien lo hace mejor.
El gobernador republicano en Wisconsin se ha puesto a la cabeza.
Anteriormente Barak Obama presento un proyecto presupuestal con severos ajustes para el 2012 y ha ampliado la exoneración del pago de impuestos a los más ricos por dos años, por su parte los demócratas ya aprobaron la reducción del gasto público en California, Nueva York, Maryland y Colorado.
En el caso de Wisconsin, en manos de un republicano, el proyecto consiste en aumentar el pago del seguro médico, aumentar el pago del aporte jubilatorio de todos los trabajadores estatales, contempla la eliminación de los convenios colectivos. Pero no se detiene allí, tiene un trasfondo antisindical. Os ataques republicanos están enmarcados en un movimiento más general dirigido a quebrar las estructuras de organización de la clase trabajadora norteamericana. Iniciativas parecidas o incluso peores se impulsan en Michigan, Ohio, Indiana, Tenesse.
Escudado en la retórica ideológica de responsabilidad fiscal, Walker ha anunciado una serie de medidas drásticas para ‘balancear’ el presupuesto estatal.
En números concretos, un trabajador público en Wisconsin que aporta actualmente alrededor de 2.8% de su salario para el fondo de pensiones, tendría que aumentar este monto hasta el 5.8%; otro aporte del 6% de su salario va al seguro médico, la propuesta quiere aumentar a 12.6%. La propuesta también contempla la prohibición de participar en actos legales de protesta si el gobernador declara un “estado de emergencia”.

Las protestas se extienden por todo el país y generan amplio apoyo
Debido a las impresionantes manifestaciones multitudinarias Wisconsin se ha convertido, hoy, en el símbolo de la resistencia de la clase trabajadora estadounidense en contra de los recortes presupuestales y sindicales. Desde mediados de febrero decenas de miles de trabajadores de Wisconsin salieron a protestar contra este brutal ataque, generando la solidaridad de la población de los estudiantes, los bomberos incluso de los policías que se sumaron a las protestas.
El rechazo avanza en el país. La solidaridad se extendió rápidamente a 27 estados. Wisconsin es, además, cuna de AFCSM, uno de los sindicatos más grandes de funcionarios públicos y enfermeras del país.
A fines del mes de febrero se realizaron manifestaciones en todo Estados Unidos en apoyo a esta lucha y otra el 12 de marzo, ambas convocaron a decenas de miles. Después de muchísimo tiempo el pueblo organizado, los sindicatos locales, los empleados públicos entraron en una gran confrontación con huelgas y protestas que no se veían en mucho tiempo.
La situación ya registra un impacto a nivel nacional. 61% de los estadounidenses rechaza los ataques del gobernador republicano según encuestadora Gallup y el diario USA Today.
Por otra parte, también ha llegado el apoyo y la solidaridad de artistas, deportistas y referentes sociales.
El equipo de futbol americano “Green Bay Packers”, flamante campeón de la Super Bowl (la liga nacional) emitió un comunicado expresando su apoyo a los trabajadores y las protestas; varias iglesias también declararon su apoyo a esta lucha, como el reverendo Jesse Jackson, reconocido luchador por los derechos civiles. También apoya la protesta Tom Morello, vocalista y guitarrista del grupo de música Rage Against the Machine quien, en un acto, leyó una emotiva carta escrita por rebeldes egipcios dirigida a los trabajadores de Wisconsin y acusó al gobernador de aliarse con las grandes empresas para "tratar de eliminar los derechos fundamentales de los trabajadores estadounidenses". Noam Chomsky, famoso intelectual norteamericano, declaró: “tal vez es el inicio de lo que verdaderamente necesitamos aquí: un levantamiento por la democracia”.
El cineasta, documentalista y activista Michael Moore brindó su apoyo a las protestas y no duda que estos ataques son “una guerra de clases” y ha llamado a un nuevo movimiento pro democracia.
También manifestó su apoyo la activista antibelicista Cindy Sheehan quien señaló que en Estados Unidos "los trabajadores pagan el precio final".
En Estados Unidos se está procesando un vuelco en la conciencia de millones de trabajadores. Los trabajadores proyectan una concentración multitudinaria que aspiran llegue a medio millón de personas, integrada por residentes de varios estados, la cual tendrá lugar en Washington. No hay duda que estamos ante una lucha de clases y el despertar de un gigante, la clase obrera norteamericana.

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